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El último mensaje del asesino de Graz: «Mamá, perdón por lo que voy a hacer ahora»

Antes de matar a diez personas y quitarse la vida, pidió que cuidaran a su gato

El presunto autor del tiroteo de Austria envió un vídeo de despedida a su madre

La madre abrió el vídeo de su hijo 24 minutos después de recibirlo. Para entonces la masacre ya había terminado y el perpetrador se había quitado la vida Kronen Zeitung
Rosalía Sánchez

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

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Antes de salir de casa, dejó comida y agua suficientes a su gato para varios días. Era su mejor amigo. Y sobre todo pensó en su madre, en lo que ella sufriría por lo que estaba a punto de pasar. «Perdón por lo que voy a hacer ahora», dejó grabado en un vídeo de despedida que le envió por teléfono poco antes de irrumpir armado en el que había sido su instituto, BORG de Dreierschützengasse en Graz, y causar una matanza.

En ese mismo vídeo agradeció a su madre todos los «cuidados» durante tanto tiempo e intentó aplacar en ella cualquier sentimiento de culpa. Según los investigadores forenses que analizaron el vídeo hallado durante el registro de su apartamento, la madre abrió el vídeo 24 minutos después de recibirlo. Para entonces la masacre ya había terminado y el perpetrador se había quitado la vida.

Las fotografías de Artur A., publicadas por el diario austriaco 'Kronen Zeitung', muestran a un chico con el pelo rubio colgando sobre la cara en dos bandas, especialmente delgado y con mirada triste. En algunas de ellas posa con su gato, en otras igual que cualquier adolescente en redes sociales, aunque sin sonrisa en el rostro y en soledad. Aun así, nada permite intuir que el chaval de 21 años que aparece en la foto está a punto de causar un baño de sangre.

Dejó su mensaje de despedida por duplicado, en el vídeo enviado a su madre y en una carta escrita en papel, en la que culpa al colegio de lo que ha planeado hacer, por haber permitido el acoso sin poner remedio y sin castigar a los responsables. Pide también que cuiden de su gato cuando él ya no esté, visiblemente consciente de que terminará con su propia vida esa misma mañana.

Licencia de posesión

Artur A. procedía del distrito de Graz-Umgebung y vivía con su madre en Kalsdorf, cerca de Graz, en un bloque de hormigón pintado de amarillo. Ocupaban la planta baja, con poca luz, pero con un pequeño jardín a su disposición. Se trata del típico barrio industrial con población obrera y sus vecinos lo conocían bien. «Era discreto, tierno, a mí me parecía como un muñeco de peluche», describe una vecina. Su padre fue un armenio que desapareció temprano del escenario familiar. Cuando el acoso escolar fue haciéndose omnipresente, la madre soltera intentó recabar ayuda entre otros padres y comenzó a ser también víctima de las burlas, lo que llevó a Artur a abandonar definitivamente el colegio.

Su rendimiento académico había ido empeorando y nunca llegó a aprobar la Matura, el examen que permite en Austria el acceso a la Universidad. Todo eso había sucedido tres años atrás, en los que había hecho algunos trabajillos y había obtenido la licencia de posesión de armas. Este documento da derecho a su titular a adquirir y poseer, pero no a portar, armas de fuego de categoría B. El arma debe transportarse descargada y desmontada en un contenedor cerrado con llave, por ejemplo para llevarla al campo de tiro. Se requiere un pase adicional de armas de fuego para llevarlas por la calle que no había obtenido.

«Creo que se volvió loco en el colegio, era una persona sensible y no pudo soportar todo lo que pasaba. Pero supongo que eso no te da derecho a ir por ahí disparando a todo lo que se mueva», comentaba este miércoles una compañera de clase en el instituto y actualmente estudiante de Informática que prefiere mantenerse en el anonimato. Sus colegas de clase guardan silencio, aún hoy, sobre el tipo de acoso que sufrió.

El tabú se extiende a padres y profesores. «No llegué a conocerlo personalmente, porque estaba tres cursos por debajo de él, pero he oído historias. Lo que no entiendo es que la tomase con nosotros y no con los acosadores, ninguno de ellos está ya en el colegio», dice Fritz, que todavía sigue en el instituto y fue evacuado por la policía después de los disparos. Lo recuerdan desaliñado y «muy tímido».

Planes alternativos

Durante el registro del apartamento, la policía encontró también una bomba de fabricación casera defectuosa. No habría explotado, de haber sido utilizada, pero denota que Artur A. ideó varios planes alternativos, con alevosía y tiempo. Y la gran publicidad que ha rodeado su acto de venganza amenaza con crear escuela: este miércoles, la policía de Graz tuvo que lidiar con mensajes de amenaza en otros dos centros educativos de la misma ciudad.

En Dornschneidergasse, fue evacuado todo un instituto acusado en redes sociales de permitir situaciones de acoso escolar. «El personal docente está muy sensible después de los eventos de este miércoles, lo cual también es correcto y bueno, y siempre es mejor prevenir», justificó el portavoz de la Policía.

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