Petro y Sánchez condenan el autoritarismo en plena ofensiva de Trump en el Caribe

La cumbre reúne a 33 países latinoamericanos y caribeños y a 27 naciones europeas, pero que está marcada por la ausencia de notables figuras políticas de ambos continentes. Entre los ausentes, entre otros, están la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; los líderes francés y alemán, Emmanuel Macron y Friedrich Merz, o los de Argentina, Chile y Perú, Javier Milei, Gabriel Boric y José Jerí.

El evento se celebra en medio de la ofensiva de Estados Unidos en el Caribe y el Pacífico contra el narcotráfico, con ataques sobre embarcaciones de supuestos traficantes que se han cobrado hasta ahora 70 vidas.

Desde el histórico escenario de la costa caribeña colombiana, Petro evocó la figura de Simón Bolívar como símbolo de una América Latina que no ha culminado su sueño de unidad y soberanía, y condenó las dictaduras y tiranías.

Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, señaló que esta cumbre constituye una prioridad, dadas las amenazas internacionales actuales. Sánchez mencionó la vulneración del derecho internacional en Gaza y Ucrania, así como los ataques al libre comercio y el debilitamiento generalizado de la democracia global. «Todos los Estados son iguales y deben respetar el derecho internacional y resolver sus disputas por medios pacíficos en la justicia y en la igualdad soberana de los Estados», defendió.

A juicio del presidente del Gobierno español, el encuentro en Santa Marta representa un espacio fundamental para reafirmar compromisos y fortalecer la cooperación contra estos desafíos, con miras a garantizar la estabilidad, la justicia y el respeto mutuo entre los pueblos de ambos continentes.

Ambos líderes coincidieron en la importancia de la triple transición (energética, digital y ambiental) como camino para enfrentar los desafíos globales. Sin embargo, fue el mensaje sobre la defensa de la democracia y la unidad lo que marcó el eje central de la inauguración.

Gustavo Petro instó a Europa, América Latina y el Caribe a ser «faros de esperanza y resistencia» frente a la expansión autoritaria, a unir fuerzas para proteger las libertades y construir un futuro más justo y sostenible, si bien evitó pronunciar el nombre del presidente de EE.UU., Donald Trump.