Tusk ordena reforzar militarmente la frontera oriental de Polonia para defenderse de las «intenciones agresivas» de Bielorrusia

Desde la base de Karakule, Tusk declaró que «hay una guerra híbrida en curso que ha sido declarada por un país, Bielorrusia, que tiene intenciones cada vez más agresivas hacia Polonia» y adelantó que «no debe haber límites para los esfuerzos ni para los fondos» destinados a defender las fronteras polacas. «Hemos comenzado a trabajar intensamente en una fortificación moderna que se construirá a lo largo de toda la frontera oriental de Polonia», dijo en referencia a la nueva red de búnkeres y trincheras. Y, dado que la frontera oriental de Polonia es también la frontera exterior de la UE, sugirió que toda la comunidad internacional debe invertir en estas fortificaciones.

Tusk visitó a guarniciones del Ejército en la región de Podlaquia (este de Polonia) y confirmó que «cada vez hay más cruces ilegales» desde Bielorrusia y que se prevé que pronto haya «aún más», motivo por el que ha decidido la construcción de fortificaciones que complementen el muro fronterizo que terminó de levantar hace dos años el anterior gobierno de Ley y Justicia (PiS). Ya en el verano de 2022, Polonia construyó una valla de más de cinco metros de altura en la frontera de 418 kilómetros con Bielorrusia e instaló un sistema de vigilancia electrónica. Además, el Ministro de Defensa de Polonia, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz, ha anunciado recientemente que su país construiría nueva infraestructura de defensa en la frontera con el enclave ruso de Kaliningrado.

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La vigilancia de esta frontera, sin embargo, carece de los fondos necesarios. Según informaciones de 'Gazeta Wyborcza', los aviones y helicópteros destinados a esta misión permanecen gran parte del tiempo en tierra por falta de pilotos y personal. El equipo en la delicada frontera con Bielorrusia debería estar disponible los siete días de la semana, las veinticuatro horas del día, pero, según fuentes militares citadas por el diario polaco, «no funciona nada de lunes a miércoles, se puede realizar una solicitud para el jueves y el viernes y luego habrá un descanso nuevamente».

En coincidencia con el anuncio del refuerzo militar de la frontera oriental, Tusk ha anunciado también el relevo de cuatro de sus ministros, cuando solamente han pasado cinco meses desde la formación de gobierno, y uno de ellos es el de Interior, Marcin Kierwiński, que concurrirá a las elecciones europeas del mes de junio. La cartera pasa a ser responsabilidad de Tomasz Siemoniak, quien hasta ahora era ministro de Asuntos Especiales, desde donde se coordina el trabajo de los Servicios de Inteligencia.

Los servicios de Inteligencia polacos han hecho este mes varias perturbadoras advertencias que corroboran alarmas ya activadas por los servicios secretos de los países bálticos. Vladímir Putin ya estaría preparado para una «minioperación» contra uno de los países bálticos, según ha declarado a 'Gazeta Prawna' Jaroslaw Strozyk, jefe del servicio de contrainteligencia militar de Polonia. El líder ruso está dispuesto a «invadir la famosa ciudad fronteriza de Narva, en la frontera entre Estonia y Rusia, o desembarcar en una de las islas suecas», ha dicho textualmente, acercando así el escenario de un ataque ruso en suelo de la OTAN.

El Kremlin ha desmentido esta información, diciendo que se trata de «un completo disparate», pero a renglón seguido ha advertido que si Ucrania despliega aviones de combate F-16 occidentales desde aeródromos de otros países, se convertirán en «objetivos legítimos dondequiera que estuvieran».

La tensión entre Polonia y Bielorrusia ha aumentado en las últimas semanas. La huida de un juez polaco a Bielorrusia con documentación que podría ser confidencial ha impulsado la apertura de una investigación por espionaje y en la frontera se multiplican las entradas ilegales. Según datos de la Guardia Fronteriza polaca, en los primeros cuatro meses del año fueron interceptadas 131 personas intentando cruzar ilegalmente, mientras que en los últimos días han sido aprehendidas más de un millar. Según datos del propio Gobierno polaco, entre julio de 2023 y enero de 2024 se llevaron a cabo más de 6.000 «devoluciones en caliente» en la frontera con Bielorrusia.

Polonia mantiene a desplegados a lo largo de sus 400 kilómetros de frontera con Bielorrusia un contingente de 4.000 soldados y un número variable de miembros de la Guardia Fronteriza, así como voluntarios de las Fuerzas de Defensa Territorial, con lo que se estima que el número total de efectivos ronda los 10.000, aunque su eficiencia organizativa y el equipo militar a su disposición dificultan la optimización del operativo.

Tusk ha subrayado «la necesidad de introducir cambios en la ley» que «proporcionen a los soldados y oficiales una plena sensación de seguridad jurídica» en sus actividades en la frontera, lo que considera que ayudará a mejorar la eficiencia de estos recursos. «No quedarán abandonados a su suerte (...), podrán contar con el apoyo del Estado polaco», ha dicho durante esta última visita a la frontera, en referencia a los polémicos casos de «devoluciones en caliente» y denuncias de malos tratos que han sido denunciados por organizaciones como Amnistía Internacional (AI).