Un turista chino asesina a una prostituta trans en Tailandia: le extrae las prótesis mamarias y el corazón

El hombre reconoció ante la Policía haber matado a una mujer transgénero, Woranan Pannacha, a la que conoció en una playa en el sur de la ciudad de Pattaya. En un ataque de ira, la estranguló hasta la muerte porque quería «jugar con el cadáver». Después, empleó unas tijeras para mutilar su cuerpo: le rajó el pecho desde el cuello hasta la zona genital, le extrajo los implantes mamarios de silicona y le sacó el corazón.

Cuando el cuerpo de la mujer, de 24 años, fue localizado por el dueño del apartamento, también le faltaban los pulmones, aunque no está claro qué sucedió con ellos. El asesino confeso negó haberlos tocado, y las autoridades han confirmado esta versión, de acuerdo con varios medios locales.

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Los hechos ocurrieron la noche del viernes al sábado en un apartamento de alquiler en Soi Arunothai, en el centro de Pattaya. Fu y su víctima, de la que el asesino ignoraba que fuera una mujer transgénero, habían intercambiado información a través de la aplicación WeChat y habían quedado en encontrarse en la habitación del hombre. Al llegar, acordaron un precio de 8.000 bats (210 euros) por sexo.

Sin embargo, al alcanzar la cama, la mujer rechazó a mantener relaciones sexuales con el hombre y se resistió. Entonces, Fu le exigió que le devolviera el dinero, pero ella se negó, lo que provocó una acalorada discusión entre ambos y un forcejeo. Woranan echó de la cama a patadas al presunto asesino, pero este terminó estrangulándola.

Una vez seguro de su muerte, Fu arrastró el cuerpo al baño y, con unas tijeras compradas con anterioridad, comenzó a mutilarla. Le cortó el pecho desde el cuello hasta los genitales, le extrajo el corazón y los implantes de silicona porque quería «jugar con el cadáver».

Tras limpiar el cuerpo y quitarle las manchas de sangre, Fu dejó el cadáver en el baño, se durmió como de costumbre y reservó un vuelo para regresar a China. Fue arrestado antes de poder acceder al avión, pero los policías no encontraron entre sus pertenencias los órganos faltantes.