Trump será sentenciado hoy: el Supremo rechaza su intento de retrasar la vista

La consecuencia de la decisión del Supremo es algo que Trump ha tratado de evitar a toda costa: jurará su cargo de presidente de EE.UU. el próximo 20 de enero en la escalinata del Capitolio convertido formalmente en un 'felon', un condenado por delitos graves.

El pasado junio, un jurado de doce hombres y mujeres de Nueva York declaró a Trump culpable por unanimidad de los 34 cargos de falsificación de documentos financieros que enfrentaba. Era el caso relacionado con los pagos para ocultar una relación extramatrimonial con una actriz porno, Stormy Daniels, que podía haber sido perjudicial para su victoria en las presidenciales de 2016.

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David Alandete | Corresponsal en Washington

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La vista para su sentencia, que corresponde al juez que supervisó el juicio, Juan Merchan, se ha retrasado durante meses, entre recursos de la defensa de Trump y el impacto de la elección del pasado 5 de noviembre, donde el multimillonario neoyorquino logró por segunda vez las llaves de la Casa Blanca. Desde esa cita con las urnas, la defensa de Trump ha intentado la desestimación completa de la causa. Sobre todo, en base a la sentencia del Supremo del verano pasado, que amplió su visión sobre la inmunidad presidencial (y que hizo descarrilar la más grave de las cuatro causas penales que asediaba a Trump, la relacionada con su intento de dar la vuelta a los resultados de la elección de 2020, la que perdió frente a Joe Biden). Según sus abogados, «forzar al presidente Trump a defenderse frente a una causa criminal y hacerle aparecer en una vista de sentencia en el punto culminante de la transición presidencial crea obstáculos constitucionalmente intolerables para la seguridad nacional y los intereses vitales de EE.UU.».

Esos argumentos no convencieron al juez Merchan: decidió a finales del mes pasado que mantendría la vista de sentencia para Trump, pese a las insistencias de los abogados del presidente-electo de que eso entorpecería la transición presidencial y va en contra de las protecciones ejecutivas del cargo. Eso sí, para no afectar las labores de la presidencia, adelantó que impondría una 'unconditional discharge', es decir, una sentencia sin pena (los cargos por los que fue declarado culpable implicaban una pena de hasta cuatro años de cárcel).

A última hora, la mayoría de magistrados del Supremo han decidido que las apelaciones de Trump pueden seguir «por la ruta ordinaria», con lo que no evita la vista para sentencia de hoy.

En la decisión mayoritaria concurrieron los tres jueces nombrados por presidentes demócratas y dos de los seis que han sido nombrados por presidentes republicanos. Entre ellos, la magistrada Amy Coney Barrett, que fue nominada por el propio Trump.

Según los jueces, «las cargas que la sentencia impondrá en las responsabilidades del presidente electo son relativamente insustanciales».

Está por ver si Trump comparece por sorpresa en persona para su sentencia en los juzgados, como hizo a diario durante el juicio del pasado junio, o si lo hace a través de vídeo, como le ha permitido el juez Merchan.