Trump ya tiene el jurado de doce ciudadanos que le juzgará

Los doce ciudadanos se pasarán las próximas semanas escuchando a las partes y sopesando pruebas para decidir si el expresidente de EE.UU. y candidato republicano para las elecciones de noviembre cometió crímenes: en concreto, la falsificación de documentos financieros relacionados con pagos para comprar el silencio de una actriz porno con la que mantuvo relaciones íntimas para que no le perjudicara antes de las elecciones de 2016, las que le llevaron a la Casa Blanca.

La jornada del jueves arrancó con Trump una vez más en los juzgados -como acusado, tiene la obligación de acudir todos los días del juicio- y con solo siete jurados elegidos hasta el momento. Y todo apuntaba a que el proceso se alargaría, quizá extendiéndose hasta la semana que viene y retrasando el comienzo de los argumentos iniciales de las partes: dos de esos siete jurados fueron desestimados. En un caso, porque la fiscalía consideró que tenía problemas de credibilidad con las respuestas que había dado al cuestionario al que se somete a todos los candidatos para probar que pueden ser imparciales con el expresidente. Otro de los miembros del jurado, una mujer, pidió que se le sacara porque temía que su identidad fuera revelada. Y alegó que esa circunstancia podría afectar su imparcialidad y su «capacidad de decisión en el juicio».

El juez que supervisa el caso, Juan Merchan, decidió su exclusión, en una decisión que subraya el desafío que supone que doce ciudadanos comunes tengan que decidir la culpabilidad o no del que podría ser su próximo presidente, que es también la figura más polarizante en la actualidad en EE.UU. y en un contexto de crecientes amenazas de violencia política en la elección.

Ante la posibilidad de que otros jurados pudieran desarrollar la misma preocupación a ser identificados dentro del proceso de selección, el juez Merchan ordenó a los periodistas que asisten al juicio que no revelen el empleo actual o pasado de los candidatos, uno de los datos con los que se puede revelar su identidad.

Entre otras advertencias, Merchan ha avisado a Trump que no puede intimidar a los miembros del jurado y le ha impuesto 'órdenes mordaza' para que no ataque a algunos de los testigos que pasarán por la sala las próximas semanas.

Los requisitos esenciales para ser jurado en este juicio, como en cualquier otro del estado de Nueva York, eran sencillos: ser mayor de 18 años, tener ciudadanía estadounidense, residir en Manhattan, ser capaz de entender y hablar en inglés con fluidez y no tener antecedentes penales. Lo difícil era encontrar personas que pudieran juzgar con imparcialidad a Trump en un bastión demócrata como Nueva York.

La composición final del jurado es diversa. El presidente del jurado será un comercial de Harlem al que le gustan las actividades al aire libre. Pero también incluirán ingeniero del Upper East Side, un empresario de Murray Hill que dice no seguir las noticias, un hombre que trabaja en finanzas y dice que Trump hizo cosas buenas y malas en su presidencia y una mujer de Harlem que se dedica al sector educativo y que dice que le gusta que el expresidente «dice lo que piensa».

Este viernes la selección del jurado proseguirá con la elección de miembros suplentes. Hasta ahora solo hay uno elegido y se necesitarán varios más para el caso de que haya bajas durante el proceso.