Trump invita a Xi Jinping a su toma de posesión en Washington

«Este es un ejemplo de cómo el presidente Trump crea un diálogo abierto con líderes de países que no son solo nuestros aliados sino también nuestros adversarios y nuestros competidores», ha agregado Leavitt.

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Sería inédito que un líder de China, un importante rival geopolítico de Estados Unidos, asistiera a una toma de posesión presidencial de Estados Unidos y los expertos en China han anunciado que era muy poco probable que Xi Jinping viniera a Washington.

«Esto es teatro diplomático, nada más. Otros jefes de estado, y mucho menos Xi Jinping, no han asistido a las tomas de posesión presidenciales de Estados Unidos», ha expresado Scott Kennedy, un especialista en China del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington.

Trump ha anunciado a la CNBC este jueves que su administración tendra «muchas conversaciones con China», en declaraciones en el recinto de la Bolsa de Valores de Nueva York.

«Tenemos una buena relación con China. Tengo una relación sorprendente. Ahora, cuando llegó el COVID, la corté. Eso fue ir demasiado lejos», expresaba el magnate. «Hemos estado hablando y discutiendo con el presidente Xi Jinping algunas cosas, y otras con otros líderes mundiales, y creo que nos va a ir muy bien en general», ha concluido.

El Kremlin, por su parte, ha dicho este jueves que no había recibido una invitación para asistir a la investidura del 20 de enero.

La oferta para que el presidente chino asistiera a la toma de posesión de Trump se extendió hasta principios de noviembre, poco después de las elecciones presidenciales del día 5 del mismo mes, según CBS News, que ha informado por primera vez sobre la invitación este miércoles.

La CBS ha comunicado que el líder de extrema derecha de Hungría, el primer ministro Viktor Orbán, que tiene una cálida relación con Trump y lo había visitado en Florida esta semana, «todavía estaba considerando» si asistir. La embajada china no ha respondido a una solicitud de comentarios de Reuters.

Trump ha nombrado a numerosos halcones de China para puestos clave en su administración entrante, incluido el senador Marco Rubio como secretario de estado.

Trump también ha dicho que impondrá un arancel adicional del 10% a los productos chinos a menos que Beijing haga más para detener el tráfico del fentanilo. Durante su campaña electoral, el presidente electo amenazó con aranceles superiores al 60% a los productos chinos.

A finales de noviembre, los medios estatales chinos advirtieron a Trump que su amenaza podría arrastrar a las dos principales economías del mundo a una guerra arancelaria mutuamente destructiva.

El miércoles, el embajador de China en Estados Unidos, Xie Feng, leyó una carta de Xi Jinping en una gala del Consejo Empresarial Estados Unidos-China en Washington, en la que el líder chino dijo que Beijing estaba dispuesto a mantenerse en comunicación con Estados Unidos.

«Debemos elegir el diálogo en lugar de la confrontación y la cooperación de beneficio mutuo en lugar de los juegos de suma cero», dijo Xi en la carta.

Otros expertos dijeron que China podría responder a la invitación de Trump ofreciendo enviar un funcionario de nivel inferior, pero probablemente exigiría que Taiwán, que es un país autónomo y que China reclama como su propio territorio, no sea invitado.

Taiwán, que Estados Unidos no reconoce oficialmente, probablemente se sienta incómodo con la invitación de Trump a Xi Jinping, dijo Bonnie Glaser, una experta en Taiwán del German Marshall Fund de Estados Unidos.

La victoria electoral de Trump generó esperanza en Taiwán de que adoptará una línea dura con China, pero también ansiedad debido a sus comentarios de que la isla debería pagar a Estados Unidos por su defensa.

Dos altos miembros del gobierno de Taiwán estuvieron en Estados Unidos esta semana para reunirse con personas relacionadas con el equipo de transición de Trump, informaban cinco fuentes a Reuters.