Trump estrena su cuarto retrato oficial y quita el de su ficha policial

Basta con ver la evolución de sus imágenes oficiales para trazar una línea paralela a cómo ha ido su gobernanza. Los dos primeros, que usó en enero de 2017 coincidiendo con su llegada, tenían luz y color. En el segundo, lanzado en octubre de 2017 —casi un año después de las elecciones que le dieron la llave de la Casa Blanca— y que empleó hasta el final de su primera etapa, se muestra sonriente e incluso afable. Un gesto que nada tiene que ver con el que ha usado hasta ahora.

Y es que el nuevo retrato que empleó para su regreso a la Presidencia fue toda una declaración de intenciones. Se trataba de un retrato con el mismo gesto que empleó la Policía para su ficha policial. Una advertencia, prácticamente, de que había vuelto con ganas de venganza y que nada, ni siquiera los jueces, iban a poder frenarle en este segundo mandato.

El nuevo retrato varía ligeramente esa idea. Colgado ya en los lugares reservados para ello de la Casa Blanca, como el Edificio Eisenhower, junto al Ala Oeste, muestra a Trump con gesto serio pero ligeramente más oscuro, lo que genera menos sensación de amenaza o advertencia. Además, cambia el color de la corbata, del azul al rojo, y con el foco centrado en su rostro.

De hecho, muchos seguidores —y detractores— han señalado que este es el retrato con más retoques y edición fotográfica de los cuatro, no solo por la luz, sino también por ese desenfocado tanto del traje como del broche con la bandera de Estados Unidos. El centro de la foto es el gesto de Donald Trump: no su traje, no el escenario —que ni siquiera tiene— ni siquiera la propia bandera.

La imagen elegida por Donald Trump, como casi todos los gestos que realiza, han sido analizados de manera minuciosa. Y no es para menos. El 'Washington Post' recuerda que tradicionalmente este es un retrato institucional, que muy pocos presidentes utilizan para lanzar un mensaje político ni mucho menos personal. No es el caso de Trump.

Además, como se puede comprobar en el archivo histórico de la Casa Blanca, Trump también fue el primer presidente de Estados Unidos que eligió una fotografía y no un cuadro pintado. Después de él, también Joe Biden se decantó por este método para ser retratado.