Tras la tregua en Gaza, Israel lleva a cabo otra operación, esta vez en Cisjordania

Para el presidente de la Autoridad palestina, Mahmud Abbás, el ataque de ayer demostraría que «Israel no está interesado en la calma y en la estabilidad», mientras que otros líderes palestinos apuntaban a que el primer ministro Lapid estaría «haciendo méritos» ante el electorado israelí de cara a las elecciones adelantadas de noviembre.

La seguridad es, ciertamente, un factor clave en estas elecciones como en todas. Y razones no faltan. Desde marzo, los ataques terroristas contra civiles israelíes han sido una constante en los territorios ocupados, con su inmediata respuesta de las fuerzas de seguridad hebreas. Antes de la operación lanzada la semana pasada contra la Yihad Islámica en la Franja de Gaza, es decir, desde marzo hasta ese ese momento, el balance de civiles israelíes muertos en el 'gota a gota' de ataques terroristas fue de 19, frente a los 57 palestinos. La peor noticia del actual estado de cosas entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina no es la cifra de víctimas sino la ausencia total de voluntad de negociar de las dos partes.

Lapid habló el lunes con el presidente egipcio para «agradecerle» su mediación en la tregua lograda en Gaza el domingo, durante la que -a lo largo de tres días- los israelíes mataron a 44 palestinos, y Yihad Islámica lanzó mil cohetes. Pero la operación de ayer contra objetivos en Cisjordania pone de relieve que el régimen de El Cairo no tiene fuerza ni autoridad moral para sentar en la mesa de negociaciones a israelíes y palestinos. Quienes podrían hacerlo están ahora entretenidos en otros conflictos e intereses más apremiantes.