Tormenta en Italia tras el intento de Meloni de 'torpedear' la Flotilla

Crosetto precisó que la fragata militar Alpino, de mayor capacidad operativa, sustituirá a la Fasan, desplegada en la zona desde el miércoles y que volverá a su misión habitual 'Mare Sicuro' en el Mediterráneo central. Esta aclaración posterior del ministro de Defensa disipó la idea de dos buques militares italianos escoltando a la flotilla que se llegó a difundir a lo largo del día de ayer.

El ministro insistió en que se trata de una operación estrictamente defensiva: «Las unidades navales italianas no realizan funciones de escolta ni saldrán de aguas internacionales», recalcó. El titular de Defensa repitió su advertencia: «Si la Flotilla decide forzar el bloqueo israelí, no podremos garantizar la seguridad de nadie».

Noticia Relacionada

La captación de multimillonarios por Italia desata la ira de Francia

Ángel Gómez Fuentes

París acusa a Roma de 'dumpiMeloni alega que su economía es atractiva por su estabilidad y credibilidad

La otra gran novedad del día fue el rechazo de los activistas a la propuesta de mediación planteada por el Gobierno italiano, en coordinación con la Conferencia Episcopal y el Patriarcado Latino de Jerusalén.

Roma había sugerido que la ayuda se descargara en Chipre y fuera transferida desde allí a Gaza por canales eclesiásticos, con el aval del Gobierno israelí y de las autoridades chipriotas. La respuesta fue negativa: los organizadores de la misión la Global Sumud Flotilla sostienen que su plan es precisamente romper el bloqueo.

«Nuestro objetivo sigue siendo entregar directamente los cargamentos en Gaza. Cualquier otra opción desnaturaliza la misión», señalaron en rueda de prensa. Los parlamentarios italianos de la oposición embarcados en la Flotilla respaldaron esa postura: «Es una misión humanitaria y política, no podemos aceptar desvíos», explicaron.

El rechazo coincidió con un aviso contundente de la Embajada de Israel en Roma. En un comunicado aseguró que el Gobierno israelí «no permitirá ninguna violación del legítimo bloqueo naval». Según la Embajada, si las intenciones fueran sinceramente humanitarias, los barcos aceptarían entregar los cargamentos en el puerto de Ashkelon, desde donde se haría llegar a Gaza «de manera pacífica».

Desde Nueva York, donde participa en la Asamblea General de la ONU, la primera ministra, Giorgia Meloni, atacó con dureza a la Flotilla. Calificó a los activistas de «irresponsables». Según Meloni, la misión «no busca solo entregar ayuda, sino provocar problemas al Gobierno italiano».

La primera ministra aseguró que quienes se embarcan en la misión «están haciendo algo improcedente y peligroso». Sus palabras desataron una tormenta política en Roma. La oposición, encabezada por la líder del Partido Democrático, Elly Schlein, acusó a Meloni de atacar con dureza a los voluntarios y parlamentarios a bordo de la Flotilla mientras guarda silencio ante los crímenes del Gobierno de Israel.

Horas después, la jefa del Gobierno, en su discurso en la Asamblea General de la ONU, atacó a Netanyahu, al asegurar que «Israel ha superado todos los límites en Gaza», señalando la «ferocidad y brutalidad» de su Ejército. Al mismo tiempo, Meloni advirtió de que «Tel Aviv no puede impedir el nacimiento de un Estado palestino».

Los reproches contra el Gobierno de Giorgia Meloni por Gaza no quedaron solo en el Parlamento. La CGIL, el mayor sindicato italiano, anunció que proclamará de inmediato una huelga general si se produce un nuevo ataque a la Flotilla. Ya el pasado lunes hubo una huelga general a favor de Gaza promovida por un sindicato minoritario con manifestaciones en varias ciudades.

El ministro de Defensa, elogiado por la oposición por su tono moderado en la comparecencia en el Parlamento, apeló a la unidad y reiteró su advertencia a la Flotilla: «Más allá de las aguas internacionales, no podemos prever las consecuencias».