Tomoko Akane, la jueza idealista de la Corte Penal Internacional, convertida en objetivo ruso por perseguir a Putin

Tomoko Akane es una jurista de origen japonés. Nació en Nagoya hace 67 años y desde 2018 se desempeña como jueza de la CPI, pero no siempre quiso trabajar en el mundo judicial. En la escuela secundaria, Akane pensaba que se convertiría en médico, una pasión que estaba influenciada por la condición de salud que su padre padecía en ese momento, un cáncer que más tarde logró vencer.

Sin embargo, Akane se decantó por una carrera profesional diferente. Según comentó en una entrevista con estudiantes de la International School Network, ella se había dado cuanta de que la sociedad tenía varios males que debían ser superados: guerras, crímenes y discriminación. Por esa razón se animó a estudiar derecho en la Universidad de Tokio.

Una vez graduada, buscó trabajo en el sector púbico, no tanto por preferencia, sino porque el sector privado tenía oportunidades limitadas para las mujeres.

Podía ser jueza, abogada o fiscal, y escogió esta última especialidad para tratar casos penales. Antes de unirse a la CPI, trabajó en la Fiscalía Suprema de Japón y también ha participado en actividades legislativas, incluyendo la revisión de la Ley de menores de Japón, así como la educación de los fiscales.

Akane formó parte del Instituto de las Naciones Unidas para Asia y el Lejano Oriente para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente (UNAFEI). Primero comenzó a trabajar allí, en 1996, como profesora y fue escalando cargos hasta convertirse en su directora. Asimismo, Akane ha impartido cátedra de justicia penal en la Facultad de Derecho de la Universidad de Nagoya y la Facultad de Derecho de la Universidad de Chukyo de 2005 a 2009.

En 2016, el gobierno japonés nominó a Tomoko Akane como candidata para la elección de jueces de la CPI, algo que le tomó por sorpresa, pues ella no pensaba presentarse. Sin embargo, vio una oportunidad para seguir creciendo en su vida laboral.

Documentación, currículos y entrevistas tuvo que preparar para demostrar que era apta para la labor. También estudiar sentencias emitidas por la CPI durante el año anterior, algunas de las cuales superaban las 600 páginas escritas en inglés.

Se presentaron doce aspirantes de distintos países a la elección de jueces y solo seis fueron escogidos, Akane entre ellos. Cargos que ejercerán hasta marzo de 2027, cuando sean renovados los puestos.

En la Corte, la jueza japonesa ha estado involucrada en diversos casos, en su gran mayoría relacionados con el continente africano, como el de Abd-Al-Rahman, líder de los Janjaweed sudaneses y sospechosos de haber cometido más de 30 crímenes de guerra, o el de Omar Al Bashir, que presidió Sudán durante 30 años y ha sido acusado de asesinato, exterminio, traslado forzoso, tortura y violación, entre otros crímenes. También en el juicio previo del ugandés Joseph Kony, el sospechoso prófugo más antiguo de este tribunal de La Haya.

Actualmente Tomoko Akane está involucrada en el caso de Al Hassan, que está siendo juzgado por haber cometido crímenes de lesa humanidad en Malí, en el contexto de un ataque generalizado y sistemático de los grupos armados Ansar Eddine/Al Qaeda en el Magreb Islámico contra la población civil de Tombuctú.