Un superviviente en el Mediterráneo: «Estuvimos cinco días a merced de las olas, con los muertos flotando a nuestro lado»

Allí, los medios italianos han recogido los testimonios de los supervivientes, que llegaron en graves condiciones. Este es el del kurdo Wafa Ramin, de 20 años, ingresado en el hospital de Locri: «Estuvimos cinco días a merced de las olas, sin comer ni beber, con el barco casi hundiéndose y con los muertos flotando a nuestro lado. Niños y bebés que desaparecieron uno tras otro bajo el agua. Intenté sumergirme para recuperar alguno, pero no pude. Muchos de mis amigos murieron de hambre y de sed«. Entre los niños, solo se salvó Nalina, de 10 años, que perdió a su madre, su padre y su hermana pequeña, una tragedia en la tragedia.

El joven kurdo ha contado que los barcos que avistaron ni les hicieron caso: «En los cuatro o cinco días de naufragio, vimos acercarse muchos barcos, pero ninguno acudió en nuestro auxilio. Gritamos y saludamos durante mucho tiempo, en vano«. Cuando los pocos supervivientes habían perdido la esperanza de salvarse, un barco francés llegó en su ayuda, los recuperó y luego los transfirió a un barco mercante enviado al lugar por la Autoridad Portuaria de Roccella Ionica, hasta que definitivamente se hizo cargo de ellos una embarcación de la Guardia Costera italiana, que los trasladó a ese municipio de Reggio Calabria.

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Ramin ha contado al Corriere della Sera por qué se arriesgó a realizar esta arriesgada travesía: «El viaje nos costó 10.000 euros por persona. El régimen iraquí ya no nos permite vivir una vida digna, así que decidí marcharme solo para llegar a Bélgica, donde quería buscar trabajo y formar una familia».

Ante esta nueva tragedia, inevitable ha sido que los medios italianos hayan recordado el naufragio de Cutro, en la provincia de Crotone, en Calabria, en febrero del 2023. En una embarcación con 180 inmigrantes a bordo que partieron de Turquía, 94 murieron el mar, de ellos 34 niños, cuando ya veían las luces de la costa calabresa. Fue una tragedia que conmovió a Italia. Entonces, las autoridades italianas y europeas dijeron: «Nunca más la vergüenza de Cutro», «nunca más el naufragio de los derechos, los de la vida, el derecho a emigrar, y el de buscar un futuro mejor». Las mismas frases que cuando sucede una tragedia.

En la víspera del Día Mundial de los Refugiados, el 20 de junio, la ONU vuelve a dar la alarma ante la imparable cifra de muertos en el Mediterráneo, convertido, como dijo el papa Francisco, en «el más grande cementerio de Europa». La Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) afirman que, sólo en este año en el Mediterráneo central, en la tragedia migratoria se cuentan más de 800 personas, entre muertos y desaparecidos, una media de 5 al día.