La independencia de Sur Sudán, una «bomba de relojería»

El norte de Sudán -de mayoría musulmana-, y el sur -cristiano y animista-, libraron una guerra de 22 años que concluyó con los acuerdos de paz en 2005 y que estipulaban, tanto la celebración de los comicios generales del pasado abril (en los que el presidente, Omar al Bashir, se impuso con el 70% del electorado), como un referéndum sobre la independencia del sur a comienzos de 2011.

Así que ante las dudas existentes en los últimos días sobre su celebración, el Movimiento Popular de Liberación de Sudán (SPLM), que gobierna el sur del país, ya ha amenazado con “ alzarse en armas” si el Ejecutivo de Jartum retrasaba la consulta popular.

Desde 1984, al menos 2 millones de personas han fallecido en los enfrentamientos registrados en Sur Sudán entre los rebeldes y las tropas pro gubernamentales. Una crisis política que la comunidad internacional pretende parchear, en enero de 2011, con la segregación de 10 provincias meridionales de un futuro país, que apenas cuenta con 50 kilómetros de carreteras asfaltadas y en el que más del 80% de la población es analfabeta.

Aunque con las quintas reservas mundiales de crudo situadas en este enclave africano, no resulta extraño que la Unión Europea apruebe ciegamente la creación de un nuevo Estado ajeno al control dictatorial del presidente Bashir.