Starmer aboga por una solución de dos estados para poner fin al conflicto entre Israel y Palestina

Uno de los temas que tocó fue el conflicto en Oriente Próximo. Starmer reafirmó la postura de su Gobierno sobre la necesidad de una desescalada inmediata en la frontera entre Israel y el Líbano, e hizo un llamado a un cese al fuego en Gaza, así como a la liberación de rehenes por parte de Hamás. Además, insistió en la necesidad de implementar una solución de dos estados, declarando que aboga por «un estado palestino reconocido junto a un Israel seguro». En este sentido, anunció que llevará este mensaje a la Asamblea General de la ONU, adonde volará este mismo martes, asegurando que su objetivo es una paz «permanente e irreversible».

En su discurso, Starmer también destacó la importancia de devolver la confianza y la estabilidad a la política tras 14 años de lo que considera un caos bajo sucesivos gobiernos conservadores. «La política ve el servicio público como un privilegio. No el privilegio como un derecho al servicio público», expresó, subrayando su deseo de restaurar la fe del pueblo británico en sus líderes.

Noticia Relacionada

El 'premier' británico Starmer, en el centro de la polémica por aceptar más de 100.000 libras en regalos y entradas para eventos

Ivannia Salazar | Corresponsal en Londres

En cuanto a su agenda doméstica, Starmer abordó su plan de «renovación nacional», enfatizando que la victoria del Partido Laborista fue el resultado de cambios significativos en la dirección del partido. «El país primero, el partido segundo no es un eslogan. Es la base de este proyecto«, afirmó, haciendo un llamado a la unidad y al trabajo conjunto para reconstruir el país.

Este momento es crucial no sólo para Starmer, sino también para el Partido Laborista. Han pasado 15 años desde que un líder laborista se dirigió al congreso anual de la formación como primer ministro. Starmer aprovechó la oportunidad para destacar los logros de su gobierno en sus primeros meses, que incluyen la resolución de disputas salariales en varios sectores, la introducción de cambios en las leyes de planificación y la renacionalización de los ferrocarriles.

Además, el premier se comprometió a controlar la inmigración ilegal, una preocupación clave para muchos británicos. Aseguró que su gobierno tomaría medidas decisivas para gestionar las fronteras de manera más eficaz, buscando equilibrar la seguridad nacional con un enfoque humanitario hacia los inmigrantes.

Entre sus críticas más contundentes, Starmer apuntó contra lo que describió como la «política de respuestas fáciles» del gobierno conservador anterior, acusándolos de evitar decisiones difíciles que han dejado al país en un estado de caos y desconfianza hacia la clase política. «No voy a hacerlo con respuestas fáciles. No voy a hacerlo con falsas esperanzas. No ahora, no nunca», afirmó, y tiró de optimismo al insistir en que, si se toman decisiones responsables ahora, entonces será posible llegar a «esa luz al final del túnel, a esa Gran Bretaña que nos pertenece«.