Una silla para dormir y a dieta de pan y arroz, el cautiverio de los rehenes de Hamás

Los familiares de los rehenes liberados han comenzado a compartir detalles sobre las experiencias de sus seres queridos.

En declaraciones a los medios israelíes, Merav Raviv, cuya prima y tía fueron liberadas por el grupo terrorista el viernes, dijo que la principal dieta que han seguido fue a base de pan y arroz. Como consecuencia, Karen y Ruth –los familiares de Merav– habían perdido alrededor de siete kilos cada una en los 50 días de cautiverio.

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Raviv también dijo que, según sus familiares, habían estado durmiendo en filas de sillas de plástico y que para poder ir al baño tenían que esperar horas. Eyal Nouri, sobrino de Adina Moshe, de 72 años, también liberada el viernes, contaba a los medios cómo su tía tuvo que adaptarse a la luz del sol después de ser liberada, al haber pasado gran parte del cautiverio en oscuridad. «Estaba en completa oscuridad», explicó Nouri. «Ella (Adina) caminaba mirando hacia abajo porque estaba en un túnel. No estaba acostumbrada a la luz del día. Y durante su cautiverio, estuvo desconectada de todo el mundo exterior», recogía la agencia AP.

Entre esa oscuridad, tampoco podían hablar muy alto. Yair Rotem, cuya sobrina de 13 años, Hila Rotem-Shoshani, fue liberada el domingo, explicaba que tenía que seguir recordándole que no necesitaba susurrar. «Siempre les decían que susurraran y se quedaran callados, así que sigo diciéndole que ahora puede alzar la voz», cuenta Rotem.

La imagen más completa hasta ahora de la vida bajo el cautiverio fue dada por Yocheved Lifshitz, de 85 años, que lo describió como «un infierno que nunca antes conocimos y que nunca pensamos que experimentaríamos».

Lifshitz fue una de las primeras rehenes en ser liberadas por motivos de salud el pasado 24 de octubre, junto con Nurit Cooper, de 79 años. Contaba cómo durante los primeros días estuvieron secuestradas en uno de los túneles de Hamás, que «eran como una telaraña», describía.

Pero una de las historias más impactantes ha sido la contada por Elena Magid, la tía del rehén ruso-israelí Roni Krivoi, liberado este fin de semana. Elena contaba que Roni, después de estar cautivo en un edificio que acabó derruido a causa de los bombardeos, escapó por su propio pie de Gaza y estuvo durante cuatro días. «Intentó llegar a la frontera, pero no tenía la capacidad de entender dónde estaba ni adónde tenía que ir, por lo que no sabía por dónde moverse en campo abierto. Estaba completamente solo», contaba la tía de Roni a la cadena de radio israelí Kan. « Al final, los habitantes de Gaza lo capturaron y lo devolvieron a manos de los terroristas», continuaba.

Casi dos meses después de que militantes de Hamás los arrastraran a Gaza durante un sangriento ataque contra Israel que también mató a 1.200 personas, la mayoría de los rehenes liberados parecen estar en condiciones físicas estables y ahora lo que preocupa es la salud mental.

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Muchos de los rehenes que han sido liberados se han enterado ahora de que algunos de sus familiares fueron asesinados el día en que ellos fueron secuestrados. Por eso, lo que más preocupa es la salud mental de los liberados. Los médicos han advertido sobre el elevado coste psicológico del cautiverio. Y por ello, Israel ha puesto a disposición des liberados asesoramiento y otro tipo de apoyo. Según los médicos y las imágenes durante la liberación, los rehenes parecían estar en buenas condiciones físicas, capaces de caminar por su cuenta.