Sigue la liberación de los rehenes de Hamás pese al caos en Gaza

Hamás volvió a convertir el momento de la liberación en un espectáculo y estableció dos escenarios en la Franja, en dos lugares muy simbólicos. El primer acto se desarrolló a primera hora en el corazón del campo de refugiados de Yabalia, el mayor de la Franja y un lugar conocido por ser la cuna de la Primera Intifada. La soldado Agam Berger, de 19 años, salió escoltada por milicianos de Hamás de un edificio en ruinas y fue entregada a la Cruz Roja Internacional. Las imágenes de la joven, vestida con su uniforme, fueron celebradas en la plaza de los rehenes de Tel Aviv. Allí se juntaron cientos de personas para seguir una nueva jornada de intercambio de unos rehenes que volvieron a casa tras 482 días secuestrados en Gaza. Poco después de la salida de la soldado Berger, todas las miradas apuntaron al sur de la Franja donde Hamás y Yihad Islámica montaron otro escenario frente a la casa de Yahya Sinwar, líder del primer grupo, caído en combate en octubre. Las facciones islamistas organizaron un gran desfile militar, con encapuchados armados a bordo de vehículos todoterreno y banderas verdes y negras. Fue todo un homenaje al líder que ideó y ordenó la operación 'Inundación de Al Aqsa' del 7 de octubre de 2023. Este fue el lugar elegido para liberar a Arbel Yehud, de 29 años, Gadi Mozes, de 80, y los tailandeses Watchara Sriaoun, Bannawat Seathao, Sathian Suwannaskham, Pongsak Thenna y Surasak Lamnau.

Hamás y Yihad Islámica, a pesar de haber sido diezmados durante quince meses de guerra, tratan de aprovechar cada oportunidad para demostrar que todavía existen y son capaces de hacer una demostración de fuerza. Sin embargo, la imagen de fuerza y control que los milicianos trataron de enviar al enemigo se tornó en caos y desorden absoluto entre una multitud que impedía la llegada de los rehenes a los vehículos de la Cruz Roja Internacional. Los encapuchados rodearon a los dos israelíes y a los tailandeses, que hicieron el trayecto por separado, y a empujones lograron que llegaran al lugar donde les esperaban. Fue todo tan confuso que, hasta que llegó el comunicado del organismo internacional, no se pudo confirmar la liberación. Las imágenes en directo de canales como Al Jazeera fueron incapaces de localizar a los rehenes entre la multitud. Los cinco trabajadores tailandeses fueron secuestrados de una comunidad agrícola vecina a la Franja el 7 de octubre de 2023 y las autoridades de su país informaron que regresarán a casa en un plazo de diez días.

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Consumada la liberación de todos los rehenes, llegó la noticia del «retraso» en la entrega de los presos palestinos. «El primer ministro y el titular de Defensa han ordenado retrasar la liberación de los terroristas hasta que los mediadores garanticen la salida segura de los rehenes en las próximas liberaciones», rezaba el comunicado difundido por la oficina de Netanyahu. Dos horas después, los israelíes recibieron las garantías por parte de los mediadores y los dos autobuses donde viajaban los presos salieron de la cárcel de Ofer. Esta vez con los cristales tintados para evitar fotografías de los recién liberados haciendo gestos de victoria, como en anteriores ocasiones.

La Asociación de Detenidos Palestinos detalló que 30 de los 110 son menores de edad y 32 son presos condenados a cadena perpetua como Zakaria Zubeidi, Mahmoud Atallah o Ahmed Barghouti. Muchos de ellos acabarán en terceros países como Turquía o Qatar.

Mañana está prevista una nueva jornada de intercambio en la que Hamás liberará a otros tres rehenes israelíes. En total, los islamistas se comprometieron a entregar a 33 en las primeras seis semanas del acuerdo de alto el fuego. Ocho de ellos están muertos, según la lista que los islamistas entregaron y los israelíes ya han informado a las familias.

La jornada de intercambio eclipsó la entrada en vigor de la ley anti-UNRWA, que prohíbe a partir de ahora el trabajo de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos en Israel y Jerusalén Este y cualquier relación entre sus trabajadores y las instituciones de Israel. Pese a la entrada en vigor de esta nueva ley, la oficina en la ciudad santa se mantuvo abierta e informó de que no recibió notificación alguna de las autoridades para detener su actividad.