Sheinbaum y Trump mantendrán su primer cara a cara durante la cumbre del G7 en Canadá
La reunión girará en torno a la agenda de seguridad, el combate al narcotráfico y la tensión generada en California por las redadas contra migrantes mexicanos
Un G7 con una misión: evitar la bronca con Trump
Sheinbaum condena la violencia en California y pide a los mexicanos no caer en provocaciones por las redadas

El encuentro entre los presidentes de Estados Unidos y México, Donald Trump y Claudia Sheinbaum, previsto durante estos días en el G7 de Canadá, tendrá como eje principal la agenda de seguridad, el combate al narcotráfico y la tensión generada en California por ... las redadas contra migrantes mexicanos.
Sheinbaum también espera plantearle al presidente de EE.UU. cuestiones de índole económico, como la inminente renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el frente arancelario entre ambos países y la situación de la inversión china en México.
Ambos llegan a su primer encuentro personal tras una serie de llamadas telefónicas en las cuáles han conversado en buenos términos pero que, como sucedió esta semana, en diversas ocasiones esa sintonía no se ha extendido a sus respectivos espacios políticos.
El pasado martes la secretaria de Seguridad Interior de EEUU, Kristi Noem, acusó a Sheinbaum de haber instigado las protestas de migrantes mexicanos en Los Ángeles, lo cual fue rechazado por la mandataria mexicana.
A los dos días, una militante del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido de Sheinbaum, agredió en redes sociales al subsecretario de Estado, Christopher Landau, quien horas antes había estado reunido en Palacio Nacional con Sheinbaum. Landau anunció que le retiraría la visa a la dirigente.
Sheinbaum, que ya lleva más de ocho meses en el Gobierno, ha sido muy reticente a encontrarse personalmente con Trump. La presidenta, según pudo conocer ABC, cultiva la tesis de que aquellos que se han acercado demasiado a Trump han terminado mal como fue el caso de Justin Trudeau, quien cenó en Mar-a-Lago en enero y a los pocos días anunció su salida del poder en Canadá. Tras esa cena Trump comenzó a decir que Canadá debería ser el «estado 51» de EEUU.
Las redadas contra inmigrantes, entre ellos mexicanos, motivan un giro, en gran medida, por la propia coyuntura mexicana: Sheinbaum verá a Trump porque entiende que las redadas afectas a personas cuyas familias viven en México y suelen ser afines a Morena. No ver a Trump podría significar una indolencia que luego se castigaría en la imagen presidencial.
El otro motivo es la agenda de seguridad. Sheinbaum busca compartir los resultados de su estrategia con Trump, que entiende, son positivos en materia de arrestos e incautaciones de drogas, pero fundamentalmente busca entender qué más pretende el presidente de EE.UU. para, a cambio, sostener la relación comercial que es la base de la economía de México.
En el plano de la seguridad el principal contrapunto es que Trump le ha pedido a Sheinbaum que autorice la intervención de militares de EE.UU. en territorio mexicano para avanzar en el combate al crimen organizado. Esto es rechazado por la mandataria al menos con los niveles de grandilocuencia que Trump pretende: desde que Sheinbaum gobierna, miles de oficiales y soldados estadounidenses han ingresado a México para realizar tareas de inteligencia, cooperación y capacitación de tropas mexicanas, siempre con el acuerdo del Senado mexicano.
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