Scholz se despide en la tradición de fracaso de los cancilleres socialdemócratas
La oposición afirma que el canciller «no entiende lo que está pasando en este país. Es usted el que polariza, el que ha introducido a Alemania en esta situación»
Alemania celebrará elecciones anticipadas el 23 de febrero
Corresponsal en Berlín
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Iniciar sesiónOlaf Scholz intentó este miércoles utilizar la protocolaria declaración de gobierno, su última aparición como canciller ante el pleno del Bundestag, para estabilizarse y comenzar a remontar en campaña electoral. Tras una mínima alusión a la crisis de su gabinete, como de pasada, se refirió ... a los asuntos sociales, a Ucrania y a Trump, atrincherado en su familiar perfil centrista, de serenidad ante la crisis, sensatez ante Putin y prudencia en el gobierno. Se esforzaba por marcar un tono conciliador en la campaña electoral: «No olvidemos que lo único seguro es que hay un día después de las elecciones y que ese día los demócratas tendrán que sentarse a la mesa, mirarse a los ojos y llegar a acuerdos. Por eso, llamo desde aquí a no polarizar», dijo.
Sugirió su deseo de colaborar en el futuro con los conservadores, «estoy convencido de que el camino del compromiso es el único correcto. Requiere fuerza y valor, pero no hay otro legítimo en un país federal y democrático». Sólo lograba, sin embargo, poner en evidencia, de forma casi trágica, que su discurso no se ajusta ya a la percepción de la mayoría de los alemanes. «Lo que usted habla no es de este mundo, usted vive en su propio cosmos, en su propio universo, no entiende lo que está pasando», se lo hizo notar en su respuesta el líder de la oposición conservadora, Friedrich Merz. «Es usted el que polariza, el que ha introducido a Alemania en esta situación... no tiene aquí ya mayoría y no lo acepta». En su deriva, Scholz parece abocado a cumplir con la tradición socialdemócrata. Ningún jefe de gobierno del SPD en la historia de la República Federal ha salido hasta ahora.
Las claves que provocaron el fracaso de la 'coalición semáforo' en Alemania y el adelanto electoral
Rosalía Sánchez | Corresponsal en BerlínDecepciones históricas
Gerhard Schröder fue castigado en 2005 por los votantes, que prefirieron elegir a la por entonces desconocida Angela Merkel. Tras llevar la economía a la recesión y recibir tirones de orejas de la Comisión Europea por sus niveles de deuda pública, que violaban el Tratado de Estabilidad, Schröder lanzó en coalición con Los Verdes un programa de reformas liberales, la Agenda 2010. La receta terminaría demostrando su efectividad, pero su renuncia al Estado del bienestar rasgó el partido hasta dividirlo en dos, con una escisión de la que todavía hoy no se ha recuperado.
Helmut Schmidt, cuyo punto culminante fue, sin duda, su firmeza ante el desafío terrorista de 1977, fue abandonado por sus socios liberales debido a una política económica excesivamente orientada al gasto y por su partido debido a una política exterior excesivamente orientada al Atlántico. En la votación secreta en el Bundestag de la moción de censura constructiva, Helmut Kohl obtuvo siete votos más que la mayoría absoluta requerida.
La época de Brandt
Y en cuanto al primer socialdemócrata en la Cancillería, Willy Brandt, sobrevivió por poco al constructivo voto de censura en 1972, que la CDU forzó después de que algunos diputados del SPD desertaran a la oposición, debido a la disputa sobre los Tratados del Este. El presidente de la CDU, Rainer Barzel, tenía suficientes votos de su lado, pero le fallaron dos decisivos. Con el tiempo, se supo que la Stasi de la RDA los había comprado a favor de Brandt, que todavía salió fortalecido de las elecciones anticipadas. En 1974, sin embargo, las huelgas y el desenmascaramiento del espía de la RDA Günter Guillaum, en el más íntimo círculo del poder, forzaron su dimisión.
Todo apunta a que Scholz perderá la moción de confianza en diciembre y no está claro si logrará imponer su candidatura por el SPD en las elecciones de febrero. Y aunque consiga presentarse, está a merced de los conservadores. Merz fue ayer duro con él, pero también dejó claro que está dispuesto a mucho con tal de frenar a la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD). «¿Esto es lo que saben hacer, gritar y lloriquear? ¿Y así esperan colaboración? No se lo creen ni ustedes», contestó a los intentos de interrupción de su intervención desde la bancada de AfD, y volvió la mirada hacia Scholz para sugerir: «Deberíamos acordar que sólo incluiremos en el orden del día del pleno aquellas decisiones que hayamos acordado previamente con ustedes».
Merz también hizo un importante guiño al SPD al reconocer que está abierto a una reforma del freno a la deuda. «La pregunta es con qué propósito. ¿Para gastar aún más dinero en consumo y política social? Entonces la respuesta es no. ¿Para inversiones, progreso, medios de vida de nuestros hijos? Entonces la respuesta puede ser diferente».
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