Scholz destituye al ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, y pone en peligro la coalición semáforo en Alemania

Cada partido, sin embargo, acudía con documentos de base de negociación contrapuestos y escasas intenciones de ceder. Apenas una hora después de comenzar la reunión en la Cancillería, Scholz salió de la sala y comunicó peronalmente la destitución como ministro de Finanzas del líder de los liberales, Christian Lindner, y justificó su decisión por las «acciones egoístas e irresponsables» de Lindner.

Scholz dibujó un escenario en el que su ministro de Finanzas estaba bloqueando sistemáticamente su trabajo de gobierno. «Ha traicionado mi confianza demasiadas veces. No existe ninguna base de confianza para una mayor cooperación. Ya no quiero someter a nuestro país a este tipo de comportamiento», dijo, en un tono desacostumbradamente emocional, «me hubiera gustado ahorrarles esta difícil decisión, especialmente en tiempos compliados como estos, pero en estas condiciones no es posible un trabajo gubernamental serio». «Necesitamos un gobierno capaz de tomar decisiones... y lo necesitamos ahora».

Acto seguido, Scholz solicitó por teléfono al líder de la oposición, la conservadora CDU, Friedrich Merz, un encuetro para tratar la situación política y económica, aunque no está claro que Merz acepte la invitación.

El mes pasado se vieron en varias ocasiones y, tras serios desencuentros, Merz dio por finalizados los contactos hasta las próximas elecciones. Esa cita electoral podría ahora adelantarse. Scholz planea someterse a una moción de confianza el próximo 15 de enero.

Scholz podría, al frente de un gobierno en minoría de socialdemócratas y verdes, elaborar un paquete de reformas, presentarlo en el Bundestag y combinar esa votación con la moción de confianza. Gerhard Schröder consiguió así en 2001 la aprobación de la controvertida misión del Bundeswehr en Afganistán.

Scholz podría intentar retener la imagen de un reformador ambicioso y, al igual que en el discurso de febrero de 2022, mostrar su voluntad de liderazgo. De fracasar en su propósito, daría paso a unas elecciones anticipadas en marzo de 2025.

Las desavenencias en el interior del tripartito fueron evidentes desde el principio. La única forma de reunir a tres partidos tan diferentes era repartir dinero para los tres programas por separado y no había suficiente para todos.

El Tribunal Constitucional llegó a tumbar los presupuestos generales de 2022 y 2023, debido a que incurrían en deuda encubierta, y los de 2024 están también en entredicho. La redacción de los presupuestos de 2025, todavía en marcha y adicionalmente presionado por los nuevos gastos en Defensa exigidos por la OTAN, ha tensado la cuerda hasta romperla.

Scholz entró a la reunión de anoche con una propuesta que exigía la suspensión del freno a la deuda que contiene la Ley Fundamental alemana, y que puede ser levantado de acuerdo a determinadas excepciones que prevé la ley vigente. «Y yo no podía estar de acuerdo con esto», justificó Lindner anoche, en unas declaraciones improvisadas en el Reichstad tras ser anunciada su destitución.

Lindner trató de contrarrestar la propuesta de Scholz con la suya propia, pero «mis propuestas ni siquiera fueron aceptadas por el SPD y Los Verdes como base para la consulta». «Scholz ha minimizado durante mucho tiempo las preocupaciones económicas de los ciudadanos. Sus contrapropuestas son aburridas, poco ambiciosas y no contribuyen a superar la debilidad fundamental del crecimiento de nuestro país», dijo sobre la visión económica del canciller alemán y hast minutos antes su socio de gobierno.

En su opinión, expresada anoche más abiertamente que nunca antes, Scholz ha demostrado «que no tiene la fuerza para dar al país un nuevo comienzo». La «declaración preparada con precisión» demuestra, según el político liberal, que «Scholz había acudido a la reunión con la idea de una ruptura calculada de la coalición».

Al cierre de esta edición no estaba claro si solamente Lindner abandonará el gobierno o si le seguirán también el resto de ministros de su partido. En caso de que el Partido Liberal (FDP) abandone por completo la «coalición semáforo», el SPD y los Verdes continúarían formando un gobierno minoritario, según ha confirmado el vicecanciller y ministro de Economía Robert Habeck, escoltado por la ministra de Exteriores y también verde Annalena Baerbock.

El canciller Scholz podría en teoría asumir el cargo ministerial, puesto que existe un precedente de 1982. Habeck, por lo demás, justificó la destitución de Lindner como «lógica y necesaria». Sugirió que «las respuestas estaban sobre la mesa pero el FDP no estaba dispuesto a dar su brazo a torcer».

«Y ya hemos visto lo que sucede en Estados Unidos cuando el odio y la agitación, cuando el populismo y la división amenazan el debate político. Veneno. Alemania puede hacerlo de manera diferente, Alemania lo hará mejor», dijo Habeck, «ahora vamos a allanar rápidamente el camino para nuevas elecciones libres hasta entonces, los Verdes quieren formar parte de una gobierno en minoría con el SPD y utilizar este tiempo para mostrar la unidad del gobierno erstante«.