Rusia utiliza drones para espiar bases militares en Alemania

Según informa el diario 'Süddeutsche Zeitung', entre el 9 y el 29 de enero se produjeron en Schwesing un total de «seis incidentes de seguridad (SiVoKo)» relacionados con drones profesionales de origen desconocido. «Se están llevando a cabo investigaciones por sospecha de espionaje», reconoce el informe clasificado del Ministerio de Defensa citado en la información. Se trata de «pequeños sistemas aéreos no tripulados (sUAS)» altamente profesionales que han burlado las medidas defensivas que protegen la base. «Las aeronaves multiala avistadas permanecieron en el mismo lugar durante varios minutos con sus luces de posición encendidas, lo que facilitó mucho su localización visual y acústica», subraya el informe, que anota que se hicieron «numerosos intentos para obligarlos a desviar su curso» que no lograron su objetivo.

Se intentó en vano utilizar bloqueadores y otros dispositivos para o forzarlos a aterrizar, igualmente sin éxito, y en ninguno de los seis casos fue posible localizar al operador del dron. Debido a la ineficacia de los sistemas de bloqueo, cabe suponer que no se trataba de drones disponibles en el mercado, sino de objetos especializados equipados con otras especificaciones, según el mismo el informe de situación. La conclusión tras los incidentes es que «en ninguno de los seis casos se pudo localizar al operador del dron».

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En la resolución del incidente participaron la policía militar, la policía militar y el Servicio de Contrainteligencia Militar (MAD). Además, se han trasladado al lugar otros sistemas de detección e inhibición. En círculos de la Bundeswehr existe la sospecha de que los drones podrían haber sido lanzados desde barcos en el Mar del Norte o en el Mar Báltico. «Los drones como instrumento de espionaje y sabotaje pueden constituir un peligro serio, en particular para nuestra infraestructura crítica», ha reconocido la ministra alemana de Interior, Nancy Faeser, que admite que desde el verano pasado se han registrado avistamientos de drones sobre el parque industrial de Brunsbuttel (norte), sobre la base militar estadounidense de Ramstein (sur) o sobre las instalaciones de la química BASF en Ludwigshafen (oeste).

Estas violaciones del espacio aéreo de los países que dan al Mar Báltico se repiten desde hace meses. La OTAN sospecha que Rusia está probando la capacidad y velocidad de reacción en cada uno de los puntos afectados. El General Andre Bodemann, uno de los más altos mandos militares de Alemania, ha declarado que son estrategias que forman parte de la guerra híbrida que ya ha comenzado, junto a sabotajes, atentados, hackeos y tensión migratoria inducida en las fronteras. «Nosotros no estamos formalmente, jurídicamente, en guerra, pero en mi opinión, tampoco en paz», ha dicho el teniente general, subcomandante del comando operativo de la Bundeswehr y comandante de tareas territoriales. Bodemann, responsable del plan operativo de Alemania que debe implementarse en caso de un ataque enemigo, no descarta un ataque ruso al flanco oriental de la OTAN por orden de Vladimir Putin. «Básicamente, Rusia tiene potencial para amenazarnos y dañarnos», ha dicho.

El pasado mes de enero, el gobierno alemán reformó la Ley de Seguridad Aérea para otorgar a sus fuerzas armadas la capacidad de derribar drones no identificados sospechosos de espiar bases militares, instalaciones industriales y otras infraestructuras críticas, con el fin de evitar un accidente o ataque grave. El ministro de Defensa, Boris Pistorius, defendió la medida después de que se detectaran drones en el espacio aéreo restringido cerca de fábricas de energía, telecomunicaciones, transporte e industria en todo el país. La Inteligencia alemana considera probable que los drones estén siendo desplegados por un agente estatal con fines de sabotaje y, potencialmente, de terrorismo. Según la enmienda, las autoridades locales podrán pedir a los militares que intervengan y tomen medidas si lo consideran necesario.