Rusia y Estados Unidos mantuvieron en Estambul una nueva reunión con escasos resultados
Los negociadores intercambiaron borradores para concluir un acuerdo sobre cómo garantizar la estabilidad de los pagos bancarios en las relaciones bilaterales
El enviado de Putin a Washington constata desacuerdos aunque observa una «dinámica positiva» en las relaciones entre ambos países

Negociadores rusos y norteamericanos se reunieron de nuevo este jueves en Estambul durante casi seis horas con el objetivo exclusivo de seguir avanzando en el restablecimiento del funcionamiento de las respectivas representaciones diplomáticas, dejando de lado las fracasadas conversaciones de paz para Ucrania. Tanto Moscú ... como Washington han dejado claro que esta segunda reunión en Estambul, cuyos resultados no han sido espectaculares, nada tiene que ver con la búsqueda de una solución al conflicto en Ucrania.
El Departamento de Estado norteamericano informó que los negociadores intercambiaron borradores para concluir un acuerdo sobre cómo garantizar la estabilidad de los pagos bancarios en las relaciones bilaterales, ya que las sanciones a Rusia constituyen un serio impedimento en esa tarea. Así mismo, Washington «reiteró su preocupación por la política de la Federación Rusa de prohibir la contratación de personal local para sus legaciones diplomáticas, lo cual supone un obstáculo importante para mantener un nivel de personal sostenible y estable», sobre todo en la Embajada americana en Moscú. Así que el asunto se tendrá que volver a discutir en una próxima reunión.
El jefe de la delegación rusa, el actual embajador ruso en Estados Unidos, Alexánder Darchiev, dijo a los medios de comunicación que en el encuentro «las partes acordaron más medidas para facilitar el movimiento de diplomáticos y el procesamiento de sus visados. Rusia también planteó la cuestión de la devolución de las propiedades diplomáticas confiscadas por Estados Unidos y la reanudación de los vuelos directos entre Rusia y Estados Unidos».
La delegación norteamericana ha estado encabezada por Sonata Coulter, subsecretaria adjunta de Estado de EE.UU. para Rusia y Europa Central y la rusa por el recién nombrado embajador ruso en Washington, Alexánder Darchiev. La primera reunión en este formato tuvo lugar también en Estambul, en el Consulado de EE.UU., el pasado 27 de febrero y en ella también participaron Darchiev y Coulter. Al igual que entonces, las conversaciones de este jueves fueron a puerta cerrada, pero esta vez transcurrieron en el edificio del Consulado ruso.
Durante las negociaciones del 27 de febrero, que se prolongaron por espacio de seis horas y media y durante las que el Departamento de Estado norteamericano dio luz verde a Darchiev para ponerse al frente de la Embajada rusa en Washington, según la nota difundida entonces por el Ministerio de Exteriores ruso, «se acordaron medidas conjuntas para garantizar la financiación sin obstáculos de las actividades de las misiones diplomáticas de Rusia y los Estados Unidos». «También se plantearon cuestiones relacionadas con la propiedad diplomática de Rusia en Estados Unidos de cara a la devolución a la parte rusa de seis inmuebles confiscados ilegalmente en el periodo comprendido entre 2016 y 2018», decía el comunicado.
Esta disputa relacionada con la propiedad diplomática se remonta al final del mandato presidencial de Barack Obama cuando, como medida de castigo por los pirateos de correos de Hillary Clinton por parte de hackers rusos durante la campaña electoral en Estados Unidos y la injerencia de Rusia, fueron cerradas e incautadas dos mansiones pertenecientes la legación diplomática rusa, una en Centreville (Maryland) y la otra en Glen Cove, en Long Island (Nueva York). Ambas en la costa y supuestamente utilizadas en misiones de espionaje. Se clausuró también el Consulado ruso en San Francisco.
Moscú no respondió de igual manera de forma inmediata porque faltaban escasos días para que tomara posesión en su primer mandato Donald Trump, con quien el Kremlin no quería iniciar las relaciones con un conflicto. Pero este problema con Trump, no sólo no se resolvió, sino que se agravó. En 2018, la Casa Blanca ordenó el cierre del Consulado ruso en Seattle debido a su proximidad a una base de submarinos y al fabricante de aviones estadounidense Boeing. Los diplomáticos rusos perdieron además otros dos inmuebles utilizados para ocio vacacional. Desde entonces, Moscú ha apelado repetidamente a la ONU para instar a Estados Unidos a devolver las propiedades a Rusia. Los americanos, por su parte, vieron cerrados sus consulados en San Petersburgo, Vladivostok y Ekaterimburgo.
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