Rusia destruye en un nuevo ataque con misiles la catedral de Odesa

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Destrucción provocada por el bombardeo ruso en el interior de la catedral de la Transfiguración de Odesa EFE

S. N.

Madrid

Aunque al presidente ruso, Vladímir Putin, le gusta presentarse como un campeón de la causa ortodoxa, dejándose, por ejemplo, fotografiar en el interior de la catedral de Cristo Salvador de Moscú, sus tropas no parecen compartir su mismo fervor religioso. Así lo evidenciaron este ... domingo, cuando un bombardeo con misiles destruyó la catedral de la Transfiguración de Odesa, al sur de Ucrania, un templo consagrado en 1809 que sufrió severos daños por culpa del ataque. Según informaba la agencia AFP, el techo de una de las naves laterales y el atrio interior quedaron destruidos, además de prácticamente toda la cubierta. Por fortuna, las cúpulas, al cierre de esta edición lograban mantenerse en pie.

Como consecuencia del ataque, también hubo que lamentar pérdidas humanas, pues al menos dos personas murieron y veintidós resultaron heridas, entre ellas, cuatro menores de edad de entre 11 y 17 años. Según las autoridades ucranianas, Rusia lanzó un total de 19 misiles por tierra, mar y aire, nueve de los cuales fueron derribados por las defensas aéreas.

«Misiles contra ciudades pacíficas, contra edificios residenciales, contra una catedral... No puede haber disculpas para el mal ruso. Como siempre sucede, el mal perderá. Y, definitivamente, habrá represalias para los terroristas rusos por Odesa. Sentirán estas represalias», denunció Zelenski, a través de un mensaje en Twitter. «Todos los que han sufrido este último ataque terrorista recibirán asistencia. Estoy agradecido a todos los que están ayudando a la gente y a todos los que están con Odesa en sus pensamientos y emociones. Saldremos de esto. Restableceremos la paz», añadió el mandatario ucraniano, mostrando fotografías que enseñaban los daños causado por los misiles en el templo.

«Los bombardeos rusos están matando a personas y arruinando los lugares icónicos en Odesa, protegida por la Unesco», denunció el domingo el ministro ucraniano de Exteriores, Dimitro Kuleba, que calificó el bombardeo contra la histórica ciudad como «el ataque más grande jamás visto sobre un puerto vital para la seguridad alimentaria mundial». «Insto a todos los Estados y organizaciones a condenar este bárbaro crimen de guerra», pidió Kuleba.

En el mismo tono condenatorio, el Alto Representante de Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell, se unió a Zelenski y Kuleba para expresar el rechazo comunitario al ataque, que calificó de «nuevo crimen de guerra». «El terror constante de los misiles rusos sobre Odesa, bajo la protección de la Unesco, constituye otro nuevo crimen de guerra del Kremlin, que además ha demolido la principal catedral ortodoxa, un lugar que es patrimonio mundial», lamentó Borrell a través de un mensaje publicado en Twitter.

Por su parte, Rusia desmintió haber atacado la catedral de Odesa. Así lo hizo saber el Ministerio de Defensa ruso, que negó los hechos y acusó de su autoría a las «analfabetas» fuerzas de Kiev que defienden la ciudad. «La información no es cierta», dijo el Ministerio en un comunicado. «[El Ejército ruso se dedicó a] destruir posiciones de fuerzas ucranianas y especialistas extranjeros que preparaban operaciones terroristas contra la Federación Rusa. [...] La planificación de los ataques que efectuamos con nuestras armas de precisión siempre tiene lugar a partir de información cuidadosamente verificada y confirmada a través de varios canales», aseguró la misma fuente.

La guerra del grano

Lo cierto es que el ataque contra Odesa se encuadra en la campaña de bombardeos lanzada por Rusia en los últimos días, después de que esta semana Moscú anunciara que se retiraba del acuerdo para transportar cereales por el mar Negro alegando que no se han cumplido sus peticiones para transportar sus propios productos agrícolas. Precisamente, Odesa era el punto de partida de los cargueros de grano encargados de trasladar ese producto clave para la seguridad alimentaria mundial.

Lo cierto es que el ataque contra Odesa se encuadra en la campaña de bombardeos lanzada por Rusia en los últimos días

En ese sentido, el Kremlin anunció el viernes, a través del viceministro de Exteriores, Serguéi Vershinin, que «comprende las preocupaciones de los países africanos» sobre el colapso del acuerdo y que se estaba «trabajando en nuevas rutas para el suministro de granos». No hay que olvidar que ese continente es uno de los escenarios de la guerra fría diplomática que Occidente libra con Rusia, que ha extendido su influencia gracias a los servicios de los mercenarios del grupo Wagner, y China, que lo hace a través de sus actividades económicas.

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