Robert Hur, el fiscal que ha puesto contra las cuerdas a Biden: de funcionario intachable a 'topo' de Trump
Recibió el encargo de investigar si el presidente cometió un delito al guardar documentos confidenciales. Hoy se ha convertido en la bestia negra de los demócratas
El informe del fiscal advierte hasta en nueve ocasiones de la «imprecisa», «limitada» y «confusa» memoria de Biden
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En un solo día, en los pasillos de la Casa Blanca Robert Hur ha pasado de ser un fiscal de trayectoria intachable, muestra del profesionalismo y la independencia de la Administración Biden, a convertirse en una especie de militante republicano sin escrúpulos que en ... el curso de un año no encontró delito alguno en la conducta del presidente y ha decidido atacarlo por su avanzada edad y una serie de errores de bulto.
A sus 51 años, Hur fue elegido por el fiscal general, Merrick Garland, para investigar si Biden cometió algún delito al llevarse una serie de papeles confidenciales de la vicepresidencia en 2017. La respuesta es negativa, pero Hur, en un detallado y monumental informe de casi 400 páginas, dice que Biden presenta graves fallos de memoria y cognición, dada su avanzada edad.
Hur es un abogado y exfiscal federal que ha ocupado cargos importantes en el departamento de Justicia . Sirvió como Fiscal General Adjunto de la División de Seguridad Nacional desde 2018 hasta 2021, bajo la presidencia de Donald Trump. En este cargo, supervisó casos relacionados con la seguridad nacional, el terrorismo y otras áreas cruciales de la ley, con una trayectoria intachable. Antes de eso, fue fiscal federal en Maryland, donde supervisó casos importantes, incluidos los relacionados con el crimen organizado, el narcotráfico y otros delitos federales.
Sucesión de ataques
Hasta que publicó su informe, era un ejemplo de imparcialidad, según lo definió hace un año la propia Casa Blanca, alguien con una carrera «larga y distinguida».
Como suele suceder ante un revés como este, el Gobierno cambió de estrategia el mismo día en que Hur publicó su informe, y los ataques se fueron sucediendo: hoy es una especie de topo de Trump, un republicano resentido, una versión americana y telegénica de todos los males del llamado 'lawfare', el supuesto uso político del proceso judicial. Senadores demócratas le acusaron de ir demasiado lejos, de permitirse opinar de la vida privada de un presidente, de intereses políticos en caso de que gane Trump.
El fiscal, por su parte, mantiene silencio. Todo lo que debía decir lo dejó escrito en su informe.