Aventuras extremas de 'youtubers' que cuestan vidas e indignan a Italia

El pasado miércoles, tres jóvenes 'youtubers' alquilaron por 1.500 euros diarios un Lamborghini Urus, capaz de superar los 300 kilómetros por hora, para su última aventura que debían publicar en su canal de YouTube denominado 'TheBorderline' (nombre que es ya toda una declaración de intenciones), que cuenta con más de 600.000 inscritos.

Los integrantes de 'TheBorderline', fundado en el 2020, son Matteo, Vito, Marco y Leonardo, con edades entre 20 y 23 años (Leonardo no iba en el vehículo en el momento del incidente). Entablaron amistad en el liceo. Su sueño era triunfar en las redes sociales, según explican en su canal: «Cada euro ganado en YouTube se gastará en traer vídeos absurdos y únicos. Nuestra fuente de inspiración es el gran MrBeast que ha construido un imperio en América a través de este tipo de vídeos».

El 'youtuber' más famoso del mundo, el estadounidense MrBeast, pseudónimo de Jimmy Donaldson, de 25 años, cuenta con más de 160 millones de seguidores, algo menos de los habitantes que tienen Italia, Francia y España juntos (173 millones). Según la revista Forbes, Jimmy Donaldson ganó casi 50 millones de euros en YouTube en 2021, con más de 10.000 millones de visitas en todos sus vídeos.

Como se sabe, los canales profesionales de Youtube, es decir, aquellos capaces de generar un gran tráfico con miles de clics 'me gusta', son remunerados. Los financian grandes y pequeñas empresas.

Los 'youtubers' ganan con sus seguidores y anunciantes, dependiendo de las visitas o clics que generan. El mismo principio también se aplica a otras redes sociales. 'TheBorderline' ganaba hasta 3.000 euros al día con las visualizaciones en YouTube. En el pasado año, sus ganancias fueron de 200.000 euros netos. De ahí que se hayan permitido algunos gastos de locura, como alquilar barcos, helicópteros y, por supuesto, coches de lujo. Su influencia en otras redes sociales es menor: el perfil oficial de 'TheBorderline' en TikTok, donde también publican sus vídeos, tiene 285.000 seguidores. Y su página Instagram, 86.000.

El último reto de la comitiva 'TheBorderline' consistía en permanecer 50 horas a bordo del vehículo, sin bajarse nunca, filmando los pasajes esenciales del desafío para compartirlos online con sus seguidores. En sus correrías, tuvieron un accidente en Casal Palocco, área de la periferia de Roma donde habitan. Con el Lamborghini lanzado a gran velocidad (el límite era de 30 km/h), arrollaron un pequeño coche Smart en el que viajaban el niño Manuel de 5 años, que murió casi al instante, mientras quedaron heridas su hermana Aurora (4) y su madre Elena Uccello (29).

Los 'youtubers' resultaron ilesos. Está investigado, con la acusación de homicidio involuntario, Matteo Di Pietro, de 20 años, el fundador de 'TheBorderline', que conducía el Lamborghini bajo los efectos de cannabis. «Los vimos que corrían como locos desde hacía dos días», dijeron algunos testigos. Momentos antes de la tragedia, uno de los youtubers, Vito Loiacomo, grabó con evidente euforia y delirio un vídeo con estas palabras: «Pero, qué hace con el Smart. Tu coche de segunda mano cuesta 300 euros, el mío cuesta mil millones. Vale tanto como Amazon».

Ni el trágico accidente los frenó en su frenesí por continuar filmando. Para ellos, lo importante era seguir aumentando seguidores. En un solo día sumaron otros 24.000. «Estaban serenos, arrogantes. Se reían sin freno y continuaban grabando imágenes de los coches destrozados», comentaron algunos testigos. Un hombre, conmocionado por la tragedia, confesó que uno de los 'youtubers' le dijo impasible: «Nuestros padres darán un montón de dinero a la familia. Quédese tranquilo».

Tal actitud de los jóvenes y sus padres creó indignación y rabia en el vecindario. La consternación se extendió a toda Italia. Dos días después de la tragedia, la familia de Matteo Di Pietro, el conductor del Lamborghini, intentó el 'contraataque' por medio de su abogado, Francesco Consalvi: «Matteo es hijo de una familia respetable, su padre es empleado del Quirinale», es decir, de la presidencia de la República, con funciones administrativas en la residencia presidencial de Castel Porziano, a 25 kilómetros de Roma.

Casualmente, el padre se ha hecho también famoso por un vídeo viral en el que el 'youtuber' Di Pietro alquilaba un Ferrari para satisfacer el sueño de su padre: conducir un 'Cavallino Rampante'. Los dos aparecieron en el vídeo con un Ferrari blanco, sin cinturón de seguridad y eufóricos por la experiencia.

Fueron necesarios cinco días, tras el fatal accidente en Casal Palocco para convencer al grupo de youtubers de la conveniencia de cerrar su canal en YouTube. En una nota, los jóvenes de 'TheBorderline' explicaron el lunes que «la tragedia es tan profunda que, moralmente, hace que nos sea imposible continuar por este camino».

Lo que golpeó de la tragedia a todos los italianos no fue el accidente en sí mismo (los accidentes de tráfico con muertos forman parte de nuestra cotidianeidad). Conmocionó el contexto en que se produjo, porque refleja mucho de nuestra sociedad y del mundo de las redes sociales, con el culto al 'like' que permite crear un modelo de negocio y también un modelo cultural.

El caso 'TheBorderline' ha suscitado un debate social y político, sin precedentes en Italia. Para el psicoanalista Massimo Ammaniti, «el caso 'TheBorderline' refleja algo más grave que la enfermedad del 'like': después del accidente, esos jóvenes siguieron filmando el coche Smart, donde acababa de morir un niño. Al mismo tiempo, otros jóvenes ponían un 'me gusta' a aquel horror. Todo sentido ético ha desaparecido, sólo se persigue el propio deseo de hacer cosas excitantes y paradójicas», destaca el profesor Ammaniti a 'La Repubblica'. Cuanto más extremas, más excitantes.

El pasado sábado, Yahya Hkimi, de 18 años, se ahogó en el río Secchia, afluente del Po, porque se lanzó al agua pidiendo a un amigo que lo filmara para publicar el vídeo en Youtube. Numerosos expertos debaten sobre posibles medidas para frenar ciertas locuras de las redes sociales, a menudo seguidas ingenuamente por miles de usuarios de internet. El conocido psiquiatra Paolo Crepet. Apunta a la familia: «El ambiente familiar es el único entorno que realmente puede incidir cuando se produce una deriva. Los padres deben ser firmes para convencer a sus hijos de que por ese camino están tirando sus vidas a la basura».

Sobre el dramático accidente interviene también Massimo Recalcati, reputado psicoterapeuta y escritor, explicando que «hay una extraña paradoja con respecto al uso de las redes sociales. Es hora de decir que la hiperconexión (en las redes) es en realidad una forma de desconexión, una forma de romper el vínculo social. El uso de las redes sociales –añade Recalcati– genera una adicción tóxica. Confundir lo real con lo virtual en psicoanálisis se llama alucinación». El periodista y escritor Massimo Gramellini sugiere en el 'Corriere della Sera' que «las empresas, grandes y pequeñas, dejen de financiar a los cretinos». Precisamente, en un tuit de Sony, posteriormente borrado, se elogiaban las aventuras de 'TheBorderline' anunciando que contarían con un juego de cámaras de vídeo, ayuda y patrocinio cancelados.

Frente a quienes proponen que se establezca la responsabilidad de las redes sociales por lo que publican, el director del 'Huffington Post', Mattia Feltri, la considera una propuesta interesante, pero irrealizable: «Eso no es posible, porque cada día se publican 95 millones de post en Instagram; 1,7 millones por minuto en Facebook, veinte millones por hora en Twitter. Youtube da miedo: cada minuto se suben 500 horas de vídeo, cada hora treinta mil; para ver los vídeos subidos en un solo día (720.000 horas), un controlador tardaría ochenta y dos años. Reivindicar a Youtube la responsabilidad de todo lo que se publica es cerrarlo», escribe Mattia Feltri. De todas formas, algunos youtubers, sobrecogidos por el caso 'TheBorderline' piden más controles.

Así lo solicita Niko Gargiullo, con 145.000 seguidores en YouTube: «Los youtubers podemos ser muy peligrosos, necesitamos más controles. Esta tragedia ha mostrado la peligrosa desconexión entre el mundo real y la esfera virtual, así como la falta de madurez para manejar este gran potencial».

El exministro de Desarrollo Económico, Carlo Calenda, líder de Azione, anunció la presentación de un proyecto de ley para regular las redes sociales, porque no se puede permitir «cultivar la idiotez y la irresponsabilidad por una mala interpretación del sentido de libertad ilimitada en las redes. Luego nos quedamos asombrados por las tragedias que se derivan». La respuesta del Gobierno Meloni no se ha hecho esperar: el Ejecutivo piensa en castigar con cinco años de prisión a quienes «enaltezcan conductas ilícitas» o «instiguen a la violencia», mediante la publicación de vídeos en las redes sociales, ganando dinero en las plataformas digitales.