Los resultados de las municipales de Brasil muestran un país menos polarizado de lo esperado

En Río de Janeiro, apoyado por Lula, el actual alcalde, el centrista Eduardo Paes, fue reelegido en primera vuelta con más del 60% de los votos, asestando a Bolsonaro su mayor derrota en su cuna política y en la ciudad donde concentró sus esfuerzos para apoyar al comisario Alexandre Ramagem, que perdió con un 30%.

Otra victoria importante para Lula fue la reelección de Joao Campos, alcalde de Recife, en el estado norteño de Pernambuco, tierra natal del presidente, con un 77,43% de los votos. Con apenas 30 años, Campos es hijo del exgobernador Eduardo Campos, fallecido en un accidente aéreo en 2014, cuando era candidato a la presidencia. Aliado a Lula, Joao es considerado un potencial candidato a la presidencia brasileña a partir de 2030.

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En Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil con más de 9 millones de personas, la elección fue electrizante. Las encuestas confirmaron la votación más disputada del país, con un empate técnico entre tres candidatos, que solo se definió con casi un 99% del conteo de votos.

El actual alcalde, Ricardo Nunes, alineado con Bolsonaro, llegó a la segunda vuelta en primer lugar, con el 29,48% de los votos, y disputará el cargo con el líder del 'movimiento sin techo' y apadrinado de Lula, Guilherme Boulos, que perdió por décimas, con un 29,07%. Muy cerca, con un 28,14%, llegó el 'influencer' digital Pablo Marçal, la sorpresa en las elecciones, un candidato antisistema que votó este domingo tres minutos antes del cierre de las urnas, con bermudas y sin zapatos.

El dato más sorprendente de la primera vuelta de las elecciones municipales brasileñas fue la reducción de la influencia de Lula da Silva y de Bolsonaro. En un país con 5.469 municipios y 29 partidos políticos, los dos principales líderes mantuvieron su influencia en las principales capitales del país, pero el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido Liberal (PL) han perdido espacio en el juego político en el país, donde la distribución de fondos públicos entre partidos ha superado las ideologías.

«Llevamos toda la campaña electoral hablando de quién atraía más votos en estas elecciones: ¿Lula o Bolsonaro? ¿Saben quién fue el mejor en esta campaña electoral? Fue el presupuesto secreto. El Centrão (grupo que reúne partidos de maniobra en el Congreso) está de fiesta este domingo», analizó Josías de Souza, el columnista político del portal UOL. El presupuesto secreto es un mecanismo creado en 2019 en el Congreso que divide fondos entre parlamentarios sin exigencia de rendir cuentas, lo que facilita desvíos y es un medio de presión al Ejecutivo, fortaleciendo una nube de partidos que se autodenominan 'centrao' pese a ser de derecha y ultraderecha.

Eso puede explicar, por ejemplo, que de los once alcaldes electos en primera vuelta, diez de ellos hayan sido reelegidos, con la ventaja de tener la máquina pública a disposición. «El gran ganador es el uso de la máquina pública», observó Andreia Sadi, columnista de Globo News.

Uno de los casos más evidentes de uso de la máquina ha sido la elección de São Paulo, donde Nunes pasó a la segunda vuelta siendo un alcalde prácticamente desconocido. Nunes, de 57 años, era el vicealcalde y asumió el puesto tras la muerte del alcalde Bruno Covas, víctima de un cáncer fulminante a los 41 años.

Con acceso a fondos, a la máquina del municipio y de Gobierno de Sao Paulo y a mucha propaganda, Nunes llegó al segundo turno con una pequeña ventaja y grandes posibilidades de ganar en la segunda. Bolsonaro, que evitó apoyarlo, ha dicho ahora que «entrará de cabeza» a la campaña para elegirlo.

Por eso fue más sorprendente la ascensión de Pablo Marçal, el polémico 'influencer' que llegó sin máquina ni partido relevante y enredó la elección paulista. El candidato antisistema, vendedor de «cursos de prosperidad» puede ser considerado uno de los grandes ganadores de las elecciones al haber alcanzado una proyección nacional, pero también puede haber puesto en riesgo su futuro político al falsificar un documento para perjudicar a Boulos en la víspera de la elección.

Marçal, que ya acumulaba algunas denuncias por crímenes electorales a lo largo de la campaña que incluían compra de votos, publicó el viernes en la noche un boletín médico falso para acusar a Boulos de ser dependiente de drogas, y ahora es investigado por la policía. La falsificación ya fue confirmada y el crimen puede llevarlo a la prisión y a la impugnación de futuras candidaturas por ocho años.