Los republicanos acusan de «doble estándar» por el tratamiento a Trump y a Hunter Biden

Un ex socio del vástago del actual presidente de EE.UU. aseguró a los legisladores que Biden participó de manera telefónica en cenas de negocios con su vástago

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Donald Trump AFP

La última imputación de Donald Trump ha llegado en un momento en el que los republicanos buscan atacar a Joe Biden por su flanco más débil: los presuntos líos de corrupción ligados a su hijo díscolo, Hunter, con los que buscan llegar ... a un 'impeachment' o juicio político del presidente.

Antes de que se conocieran los nuevos cargos que enfrentará el expresidente de EE.UU., los republicanos de la Cámara de Representantes celebraron una comparecencia a puerta cerrada con Devon Archer, un ex socio del vástago del actual presidente de EE.UU. Archer aseguró a los legisladores que Biden participó de manera telefónica en cenas de negocios con su vástago. Eran llamadas en las que Hunter ponía a su padre en el altavoz del teléfono mientras estaba con clientes o posibles socios.

Estas llamadas están dentro de las investigaciones de los republicanos contra Biden y su hijo, a quienes acusan de negocios corruptos en el extranjero cuando el actual presidente era vicepresidente bajo Barack Obama. La principal alegación es que Biden presionó al Gobierno de Ucrania para que destituyera al fiscal general del país porque estaba investigando a Burisma, una empresa energética en la que Hunter tenía asiento en el consejo de administración.

Archer aseguró ante los diputados que no creía que esas alegaciones ni otras sobre corrupción de Biden fueran creíbles. Y explicó que en las llamadas durante cenas de negocios que él presenció no se hablaba de esos negocios y que solo había cumplidos y charlas casuales.

Pero eso no evitó que los republicanos concluyeran que las conversaciones son prueba de que Biden utilizó su cargo para beneficiar los negocios de su hijo y beneficiarse a sí mismo. Los republicanos también han acusado al Departamento de Justicia de dar un trato beneficioso a Hunter en la investigación de delitos fiscales.

Mientras tanto, la principal figura del partido republicano ha recibido ya tres imputaciones y hará una campaña para regresar a la Casa Blanca a caballo entre los juzgados y los mítines.

Tim Scott, senador por Carolina del Sur y rival de Trump -aunque sin criticarle- por la candidatura a la presidencia en primarias, reaccionó el martes con «preocupación» por la imputación, a la que considera un ejemplo de «utilización del Departamento de Justicia como arma política».

«Lo que hemos visto hoy son dos vías diferentes para la justicia», dijo Scott en Twitter. «Una para los rivales políticos y otra para el hijo del presidente».

«La corrupta policía federal no parará hasta que hayan cumplido su misión: eliminar a Trump», dijo otro candidato en primarias, también muy amable con Trump, el emprendedor Vivek Ramaswamy. «Esto es anti americano y me comprometo a perdonar a Trump por esta imputación».

El candidato que está más cerca de Trump en las encuestas -pero mucho más lejos de lo que se pronosticaba hace unos meses-, Ron DeSantis, gobernador de Florida, se limitó a criticar la utilización partidista de la justicia, pero sin entrar a criticar los méritos de la imputación.

La reacción de muchos republicanos en el Congreso también estuvo ligada a su objetivo de investigar a los Biden. «Todo el mundo en EE.UU. tenía claro lo que iba a venir: el intento del Departamento de Justicia de distraer de las noticias y un ataque al favorito para la nominación republicana, el presidente Trump», dijo en un comunicado el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy. «Los republicanos de la Cámara seguiremos destapando la verdad sobre Biden Inc y sobre un sistema judicial de dos niveles».

Algunos republicanos del ala dura, como la diputada Marjorie Taylor Greene, aseguraron que impulsarían legislación para eliminar la financiación de la oficina de Jack Smith, el fiscal especial encargado de las dos investigaciones federales -la de los documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca y la de la campaña para dar la vuelta a las elecciones de 2020- que han acabado con imputaciones para el expresidente.

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