La reaparición de Hamás en el norte de Gaza pone en duda la estrategia militar israelí centrada en el sur

Netanyahu mantiene los preparativos para invadir Rafah a medida que aumenta la evacuación voluntaria de civiles

Israel intensifica sus ataques al sur y norte de Gaza y admite la muerte de 16.000 civiles

Soldados israelíes durante operaciones militares en la Franja de Gaza AFP/Ejército israelí

Mientras las fuerzas de defensa israelíes (IDF) siguen concentradas en el sur de Gaza, en torno a la ciudad de Rafah -que se supone es el último bastión de los islamistas-, grupos de milicianos de Hamás han podido reagruparse en el norte de ... la Franja, y desde el domingo libran batalla contra los efectivos hebreos en la zona. La reaparición del movimiento yihadista en territorio teóricamente 'conquistado' por Israel en estos siete meses de guerra, pone en duda la estrategia de las IDF. El primer ministro, Benjamin Netanyahu, también está obsesionado con ocupar Rafah y poder anunciar a todos los vientos que «Hamás ha sido aniquilado».

En una entrevista con la cadena NBC, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, ha advertido que aunque Israel lance finalmente su gran ofensiva contra Rafah -donde se hacina cerca de un millón de refugiados y se refugian varios batallones de Hamás-, el Gobierno hebreo va a fracasar en su objetivo final de laminar a Hamás. «Israel se encamina a una situación de insurgencia porque en su camino a la victoria territorial deja a muchos combatientes de Hamás con vida; si finalmente el Ejército se va, dejará tras sí el caos que pronto será rellenado de nuevo con Hamás», vaticina Blinken en la televisión norteamericana.

Juega en favor de Israel el tamaño mínimo de Gaza -menor que el término municipal de Madrid-, lo que permitiría en un futuro a las IDF entrar y salir de la Franja en poco tiempo para castigar a los insurgentes. Pero las pequeñas dimensiones juegan también en favor de Hamás. El movimiento islamista conoce mejor que nadie el terreno y a través de su inmensa red de túneles es capaz de moverse rápido de norte a sur, y viceversa.

Se explican así los recientes combates entre el Ejército israelí y los radicales en la localidad ya tomada de Jan Younis. Y los de este fin de semana en el norte, en Zeitoun y en el campamento de Jabalia. De ser ciertas las cifras que acaba de proporcionar, por primera vez, el Gobierno israelí sobre las bajas palestinas en toda la guerra -unos 15.000 civiles y otros 15.000 milicianos de Hamás- el movimiento radical aún dispondría de más de 10.0000 hombres en armas, imbuidos de un fanatismo nacionalista y religioso que les hace despreciar la muerte.

La aparición de la insurgencia en retaguardia no afecta, de momento, a los planes del Gabinete de Netanyahu, que insiste en su pretendida ofensiva contra Rafah. Israel no ha presentado los planes de evacuación de la población civil que le exige Washington, pero sus métodos de comunicación y los pasillos humanitarios que está creando en el cerco de Rafah están dando frutos. La ONU, presente en el terreno, afirma que desde que Israel ocupó con carros de combate el sector sur de Rafah hace una semana, han salido ya de la ciudad 360.000 palestinos, casi la tercera parte.

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