RELATO EN PRIMERA PERSONA DE UN SUPERVIVIENTE DEL FESTIVAL ATACADO POR HAMÁS

Raz Gaster: «Todo el mundo que giró a la derecha se topó con los terroristas. Yo giré a la izquierda y eso me salvó»

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Raz Gaster, junto a su amigo DJ Kido, asesinado por Hamás ABC

En situaciones tan extremas como un ataque terrorista, el fragor de la violencia desatada impide pensar con claridad y se toman decisiones rápidas que, sin saberlo en ese momento, pueden salvarte la vida o condenarte a perderla. A Raz Gaster, mánager de la agencia ... The Beyond Management, que representa a algunos de los artistas participantes en el festival Tribe of Nova - Universo Parallel, fue asaltado por Hamás cerca de la frontera con la franja de Gaza, la disyuntiva entre huir junto a todos los demás o tomar otra dirección le puso en un terrorífico aprieto. Pero en esos milisegundos tomó la decisión correcta y ahora, recién llegado a Barcelona, puede contarlo. «Todavía estoy en shock, he perdido a muchos amigos», dice con la voz entrecortada. «He tenido que mandar mensajes a las familias de algunos de ellos explicándoles lo ocurrido y ha sido durísimo. He pasado una semana hablando de una sola cosa: muerte».

Al ser mánager, Raz Gaster estaba en el backstage cuando todo empezó. «Llegué al recinto a las cuatro de la mañana y me encontré un festival maravilloso, lleno de gente joven y bella bailando por la paz, y donde sonaba una música genial. Era una fiesta fantástica, llena de gente sonriente, donde podías conocer personas venidas de muchas partes del mundo, México, Brasil, Hungría, Alemania… la atmósfera era muy bonita. Me estaba tomando algo con los DJs, encontrándome con gente a la que no veía desde hacía mucho tiempo, cuando a las seis y media empezó el bombardeo con cohetes. Algo con lo que estamos tristemente familiarizados en el sur de Israel. Por eso al principio no nos alarmamos demasiado. Pero esta vez había algo diferente».

«La cantidad de cohetes que cruzaba el cielo era algo que no había visto en mi vida. Después de cinco minutos tirados en el suelo tapándonos las cabezas, me di cuenta de que el lugar no era seguro. Cuando se empezaron a escuchar las explosiones la policía ordenó parar la música, cogió un micrófono y dio instrucciones para permanecer en el suelo con las manos sobre la cabeza, pero a los quince minutos otro policía distinto dijo 'por favor, que todo el mundo salga del recinto en orden, coged vuestros coches y largaos de aquí'. Hablé con mi equipo para enviar mensajes a los artistas de nuestra agencia que todavía no habían venido, para que se quedasen en sus hoteles. Mientras tanto, unos chicos de producción que habían venido de México y de Francia, que estaban a mi lado, empezaron a entrar en pánico. Y eso que todavía no sabíamos que además de los cohetes, se estaban acercando terroristas por tierra».

«La cantidad de cohetes que cruzaba el cielo era algo que no había visto en mi vida»

Raz reunió a sus artistas, se metieron en varios coches y salieron a toda velocidad por el camino de tierra que conducía a la carretera. «En ese momento pensamos que ya estábamos cerca de ponernos a salvo, porque no teníamos ni idea de que algo más iba a pasar», continúa. «Tras avanzar unos cientos de metros, el resto de los coches giró hacia la derecha, hacia Tel Aviv, pero yo giré hacia la izquierda. Tenía que recoger a dos DJs que estaban en un pequeño pueblo más al sur y no podía dejarles allí. Durante el camino no tuve ningún encuentro con terroristas y llegué sin problemas a los veinte minutos, pero después supe que los que giraron a la derecha se toparon con los terroristas. Así que girar a la izquierda seguramente me salvó la vida».

«Tomé otro camino porque tenía que recoger a dos DJs. Después supe que los que giraron a la derecha se toparon con los terroristas. Girar a la izquierda seguramente me salvó la vida»

«Tras recoger a los DJs, fui hacia Tel Aviv por otra carretera y por el camino llamé a los artistas que tenía en la ciudad para decirles que no se quedaran en sus habitaciones, que bajaran al refugio del hotel. Más tarde, cuando ya pude reunirme con todos ellos, fue cuando empezamos a recibir llamadas y mensajes contándonos que además de los cohetes, Hamás había lanzado un ataque contra el festival y estaba masacrando a cientos de asistentes con ametralladoras, granadas e incluso misiles antitanque que lanzaron a algunos coches de la gente que estaba huyendo. Ahí fue cuando me di cuenta de verdad de la suerte que había tenido. Hacia las siete y media pude hablar por teléfono con mi amigo DJ Kido, que me dijo que estaba junto a otra amiga que estaba herida y no sabía qué hacer. De pronto se cortó la llamada y ya no volvió a contestar, hasta que a las ocho y media el teléfono dejó de estar operativo».

Lo primero que hizo Raz cuando el recinto del festival y los alrededores quedaron bajo el control del ejército israelí, fue intentar ayudar. «Llamé por teléfono, por Messenger, por Whatsappp, por Skype y por todos los medios que se me ocurrió a toda la gente que conozco en la industria de la música, para reunir todo el apoyo y los recursos posibles. Y en cuanto pude, volví al infierno para intentar buscar a mis amigos y encontrar a la mayor cantidad de gente posible con vida. Pasé allí todo el día ayudando, y la situación fue caótica. Sobre todo por la cantidad gente que no apareció ni viva ni muerta y de la que a día de hoy seguimos sin saber nada. Mi amigo DJ Kido murió».

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