Rashid Khalidi: «Hamás y la Autoridad Palestina han perdido toda credibilidad»
El escritor y experto en Palestina asegura que el condicional apoyo de EE.UU. y la UE a Israel hace difícil una resolución del conflicto
Una operación aérea israelí en Gaza deja 12 muertos, entre ellos tres líderes de la Yihad y varios niños
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Iniciar sesiónRashid Khalid es un experto del conflicto israelí–palestino. Nació en Nueva York en 1948, el mismo año del inicio de lo que los palestinos conocen como 'Nakba', la expulsión de los palestinos de su territorio por la creación del Estado de Israel. «Por eso ... nací en Estados Unidos», dice el autor durante una conversación con ABC mantenida en la Casa Árabe de Madrid. Hijo de un palestino y una libanesa, es profesor de estudios árabes de la cátedra Edward Said en la Universidad de Columbia y autor de varios libros, el último 'Palestina, cien años de colonialismo' (Capitán Swing, 2023). La publicación del libro coincide con un repunte de la violencia en la Franja de Gaza que ha dejado ya 35 muertos.
—En su libro asegura que el inicio del conflicto en Palestina hay que datarlo hace 100 años y no 75.
—La lucha en Palestina no comenzó en 1948 o 1967. Lo hizo en 1917 cuando los británicos emitieron la declaración de Balfour y el Ejército británico conquistó Palestina, estableciendo una situación para crear una mayoría judía que gobernara este territorio.
—Las últimas semanas en Gaza han sido muy violentas, dejando un total de 35 muertos, incluidos varios niños. Ambos bandos llegaron a una tregua, ¿cree que se mantendrá?
—El último patrón que tenemos es de una tregua ocho meses. Esta vez puede durar más, o no. Los dos (Israel, la Yihad Islámica y también Hamás) creen que han logrado su meta y creo que hay una posibilidad de que dure varios meses.
—Este 15 de mayo, 75 aniversario del Nakba, fue la primera vez que la ONU conmemoró el desplazamiento de los palestinos. ¿Ha olvidado la comunidad internacional a Palestina?
—No creo que la comunidad internacional haya olvidado a Palestina, pero sí que se ha convertido en un asunto menos importante. El hecho de que en la Asamblea General la mayoría de los países votaron apoyar esta ceremonia muestra que no se ha olvidado. Sin embargo, EE. UU. y Europa quieren hacer que nos olvidemos.
—¿Quién puede convertirse en un mediador para resolver el conflicto? Palestina no confía en EE.UU. China está jugando un papel protagonista como se ha visto en la vuelta de las relaciones entre Irán y Arabia Saudí…
—Tras cuatro, cinco décadas para intentar llevar a cabo un proceso de paz prueba que los Estados Unidos no son aptos. EE.UU. es una parte del conflicto, lo han demostrado desde Camp David, en Oslo, desde Trump hasta Biden. Debe estar presente en cualquier negociación junto a Israel. Los israelíes harán todo lo posible para mantener el 'statu quo'.
—¿Y la Unión Europea?
—Europa no ha mostrado una gran capacidad para jugar un rol importante porque no está unida. Europa incluye muchos países que son muy favorables a Israel, como Polonia, Hungría, Países Bajos o Alemania. Muchos, por miedo a que les acusen de antisemitismo, por su pasado, han tomado esta postura. Criticar a Israel no tiene nada que ver con el antisemitismo. ¿Dónde se encontraría otro mediador? No lo sé. En cualquier caso el terreno no está preparado y no es propicio para una negociación ya que Israel no está en ese punto, los palestinos también están divididos…
—En su libro es muy crítico con Hamás, la Autoridad Palestina, la Organización por la Liberación de Palestina…
—Sí, soy muy crítico con ellos. Impiden la unidad Palestina, que es una condición previa para cualquier progreso. Han llegado a una bancarrota intelectual, pero tienen el control de una gran cantidad de gente en la zona. Han demostrado que ponen sus intereses por encima del interés nacional y son los responsables de la posición de debilidad de Palestina hoy y han perdido toda legitimidad. Los palestinos saben que han fallado.
—Y a la gente, sobre todo a los jóvenes de Palestina, ¿qué opciones les queda?
—Los jóvenes perciben que no hay futuro, ni económico ni político. No hay democracia en la Autoridad Palestina, no hay libertad de movimiento debido a la ocupación, no hay perspectiva de cambio: continúa el robo de tierras palestinas, el endurecimiento de la vigilancia del régimen. Todo este horizonte lleva a muchos a unirse a la violencia.
—Los Acuerdos de Abraham han cambiado el panorama en Oriente Próximo e indudablemente ha afectado de una u otra manera a Palestina.
—Los acuerdos, promovidos por Estados Unidos, en primera instancia por Donald Trump, pero continuados con la Administración de Joe Biden, han quitado de la agenda por completo la cuestión palestina. Israel y Washington han tenido éxito en el establecimiento de relaciones diplomáticas con Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos. Es verdad que las relaciones entre Tel Aviv y Rabat ya eran muy estrechas antes de la firma de estos acuerdos.
—También es interesante el papel de Arabia Saudí, en enero de este año, el ministro de Exteriores saudí dijo que el establecimiento de relaciones con Israel depende de un acuerdo para la creación de un Estado palestino.
—Estados Unidos buscaba que Arabia Saudí se uniera a los acuerdos de Abraham, pero no lo ha hecho. Por dos razones: por el aumento de violencia en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania, sobre todo a raíz de los ataques dentro de la tercera mezquita más sagrada y la segunda, porque aunque se trate de una monarquía absoluta donde no hay disidencia o partidos políticos, sí hay opinión pública. Una opinión pública que observa lo que pasa y ve lo que los israelíes hacen. Es difícil de explicar para el mundo árabe la violencia de la Policía israelí dentro de la mezquita Al Aqsa.
Editorial: Capitán Swing.
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