Putin saca pecho militar, pero su Ejército flaquea por la escasez de 'chips' occidentales

La gran mayoría de ellos son producidos en EE.UU., sus socios europeos, Taiwán o Japón

Putin presencia a miles de kilómetros de Ucrania las maniobras 'Vostok-2022' con la participación de fuerzas de China e India

Vladímir Putin, y el jefe del Estado Mayor General de las FAS rusas, Valery Gerasimov AFP

Javier Ansorena

Corresponsal en Nueva York

Poco después de que el pasado febrero Vladímir Putin mandara a su Ejército, acumulado durante meses en la frontera con Ucrania, a invadir el país vecino, la previsión era que sería una guerra larga. El presidente de Rusia no consiguió suficiente presión sobre Kiev ... para derrocar al Gobierno de Volodimir Zelenski y tomar ciudades importantes en pocos días, como era el plan inicial, y el conflicto se alargó de manera indefinida. Es discutible a quién perjudicará menos el paso del tiempo en el peor conflicto militar en el continente europeo desde la Segunda Guerra Mundial. Pero hay señales de que la prolongación de la guerra está dejando a Rusia sin algo clave para mantener su posición en el campo de batalla: los 'chips' o semiconductores de los que dependen los sistemas militares más avanzados de Rusia.

La gran mayoría de ellos son producidos en EE.UU., sus socios europeos, Taiwán o Japón. Desde el comienzo de la guerra, Washington y la Unión Europea, así como otros países aliados, impusieron restricciones a la exportación de tecnología avanzada a Rusia, sobre todo para evitar nutrir con este tipo de bienes al Ejército de Putin. En muchos casos iban acompañadas con amenazas de sanciones también para terceros países, si es que fabricaban los 'chips' con maquinaria, software o planes estadounidenses y los exportaban a Rusia.

Ahora, las autoridades ucranianas han advertido de que Moscú va a la desesperada en busca de semiconductores y que ha elaborado planes detallados de adquisición de las piezas que requiere y que son fabricadas en su mayoría por compañías occidentales.

'Politico' ha tenido acceso a una de estas 'listas de la compra' de tecnología avanzada para nutrir a su Ejército. Está dividida en tres categorías en función de la urgencia con la que se necesitan los semiconductores, y en la primera de ellas hay 25 componentes: casi todos los producen compañías con sede en EE.UU. -como Intel, Texas Instruments o Micron-, pero también dos de Japón, una de Taiwán y una más de Alemania.

«Según nuestra información, los rusos ya han gastado casi la mitad de su arsenal de armas», aseguró al medio estadounidense el primer ministro ucraniano, Denis Shmihal.

«Según nuestra información, los rusos ya han gastado casi la mitad de su arsenal de armas»

Denis Shmihal

Primer ministro de Ucrania

«Los rusos han utilizado buena parte de su equipamiento militar de alto nivel, como misiles de crucero, munición de precisión, vehículos de infantería avanzados», dijo a esta web James Byrne, que dirige el 'think tank' de defensa RUSI. »Ahora están teniendo que tirar de otros equipamientos que tenían almacenados», aseguró sobre el uso de armamento proveniente de la era soviética.

Componentes occidentales

Un estudio llevado a cabo por Reuters y RUSI determinó que la munición y equipamiento rusos encontrados en el campo de batalla en Ucrania tenían muchos componentes occidentales. Las sanciones sobre esa tecnología está llevando al agotamiento de esas armas y a ralentizar la fabricación de otras nuevas.

Al mismo tiempo, la factura en vidas rusas que se quedan en el frente crecen: son ya más de 50.000, según el Ejército ucraniano, un número similar al que ofreció este verano jefe de las fuerzas armadas de Reino Unido, Tony Radakin.

El Kremlin trata de obviar estos problemas, engrosar los efectivos de su ejército, adquirir armamento por otras vías e intimidar con maniobras internacionales. El propio Putin se ha tomado un respiro de las malas noticias que le llegan del campo de batalla en Ucrania y se ha ido a miles de kilómetros, al Extremo Oriente ruso para presenciar las maniobras militares 'Vostok-2022' (Oriente.2022), en Vladivostok, en las que participan, además de Rusia, fuerzas de China, India, Bielorrusia, Siria y otros países, según informa Rafael Mañueco desde Moscú.

El desafío para Washington y los países occidentales es conseguir que las sanciones se cumplan y asfixiar de verdad al ejército con los semiconductores. Pero es una empresa difícil de cumplir, sobre todo con la cercanía geográfica -4.300 kilómetros de frontera- y estratégica entre Rusia y China.

De momento, Moscú ha tenido que buscar fuentes alternativas para su arsenal: según la inteligencia estadounidense, Moscú ha comprado millones de pieza de artillería y de cohetes a otro país fronterizo: Corea del Norte. La frontera, de hecho, está muy cerca de Vladivostok donde Putin saca ahora pecho militar.

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