Putin contrarrestará la visita de Biden a Kiev con un golpe de efecto

Putin debería haber pronunciado su habitual discurso anual ante la dos Cámara del Parlamento en algún momento del año pasado, pero, por razones que no han sido dadas a conocer de forma oficial, se fue posponiendo y finalmente tendrá lugar completamente fuera de plazo. La oposición rusa aduce motivos de salud para explicar el retraso. También se ha habló de la posibilidad de que el presidente ruso confiara en una mejora de la situación en el frente para poder comparecer con algún triunfo en la mano, algo que no se ha producido. Su discurso anterior tuvo lugar el 21 de abril de 2021 y, el correspondiente a 2020, el 15 de enero, a las puertas ya de la pandemia, cuando destituyó al Gobierno en pleno.

Esta vez la situación es completamente distinta, como nunca antes en los más de 23 años que Putin lleva en el poder. Según su secretario de prensa, Dmitri Peskov, la alocución presidencial «siempre es uno de los eventos más importante que atañen al jefe del Estado, siempre es una gran noticia». Según Peskov, «por supuesto que en una etapa tan difícil en nuestra vidas y en el desarrollo del país como la actual, todos esperan su mensaje con la esperanza de escuchar una evaluación de lo que está sucediendo, una evaluación de la Operación Militar Especial –en Ucrania-, una evaluación de la situación internacional y la visión del presidente de cómo estamos lidiando con todo esto y cómo se va a desarrollar todo en adelante». A su juicio, esos serán sin duda los contenidos principales de su intervención ante la Asamblea Federal rusa.

A diferencia de otras veces, según apunta la prensa del país, el acto de este martes, que por primera vez tendrá lugar en el Gostini Dvor, un céntrico y emblemático edificio histórico que ha sido escenario de los congresos del partido del Kremlin, Rusia Unida, ha estado precedido de sendos encuentros de Putin con los portavoces parlamentarios de las formaciones presentes en el Parlamento, empezando por el Partido Comunista. En esas reuniones, según el Kremlin, el presidente prometió que «estamos obligados a ganar la guerra y venceremos».

El líder comunista, Guennadi Ziugánov, escuchó del presidente que «tenemos todo el fundamento para llamar neonazi al régimen actual de Kiev. Y hay muchas razones para ayudar, incluso mediante el empleo de nuestras las Fuerzas Armadas, a las personas que en Ucrania se consideran parte de la cultura rusa, que tienen el ruso como lengua materna». De manera que se da por seguro que Putin anunciará nuevos esfuerzos militares para concluir lo antes posible la guerra con una victoria. Muchos diputados rusos reconocen que esperan nuevas recetas que posibiliten tal desenlace.

La posibilidad de que se decrete una movilización general, no parcial como la que entró en vigor el año pasado, es algo de lo que se viene hablando desde hace meses y el discurso sería un buen momento para anunciarlo. Sin embargo, algunos legisladores y muchos analistas no esperan ahora tal medida al considerarla capaz de desestabilizar definitivamente la situación en el seno de la sociedad rusa. También se especula con la posibilidad de que el jefe del Kremlin acometa cambios en la cúpula militar, remodele el Gobierno o incluso lo defenestre, como ya hizo en enero de 2020.

Hay hasta versiones descabelladas de lo que podría hacer ahora Putin. Por ejemplo, según el politólogo ruso, Andréi Piontkovski, no es descartable que proclame la anexión de Bielorrusia, Osetia del Sur, Abjasia y Nagorno Karabaj. Decisiones que atizarían todavía más la guerra y ampliarían los frentes de combate en una situación cuando hay serias dificultades desde hace meses para arrebatar al Ejército ucraniano siquiera la localidad de Bajmut, en la región de Donetsk.

Uno de los indicios que ve Piontkovski para argumentar su tesis es que el miércoles, al día siguiente del discurso presidencial, están convocadas sesiones plenarias de la Duma Estatal (Cámara Baja) y del Consejo de la Federación (Cámara Alta), en donde supuestamente se aprobarían las nuevas anexiones u otras medidas legislativas que el presidente ruso disponga durante su alocución.

También el miércoles se celebrará un gran mitin en el estadio de Luzhnikí, al que igualmente acudirá Putin para, junto con sus ya tradicionales entusiastas de la guerra y llamados «patriotas», tratar de seguir insuflando ánimos a una ciudadanía cada vez más escéptica con la posibilidad de una pronta y arrolladora victoria y preocupada por las posibles consecuencias que la situación pueda acarrear.

Se da la circunstancia de que fue el 21 de febrero de hace justo un año cuando Putin reunió a su Consejo de Seguridad, en donde se decidió reconocer a las repúblicas «populares» de Donetsk y Lugansk como estados independientes. Esta decisión fue la antesala del comienzo de la invasión de Ucrania tres días después.