Las protestas propalestinas contagian los campus europeos con acampadas y manifestaciones

En estos días, el origen de las protestas estudiantiles se encuentra en la guerra que Israel libra en Gaza desde el otoño, después de que los atentados de Hamás del 7 de octubre se cobraran la vida de 1.200 israelíes y permitieran la toma de más de dos centenares de rehenes. Con cerca de 34.600 palestinos muertos como consecuencia de la incursión, los campus de muchos países del mundo se han convertido en hervideros donde se reproducen reivindicaciones que oscurecen los atisbos antisemitas.

Uno de los momentos de tensión más recientes se produjo este viernes en Francia, donde el Ministerio del Interior ordenó a mediodía «bloquear» Sciences Po., la escuela de las elites políticas francesas, que ha vuelto a ser muy parcialmente ocupada por estudiantes, minoritarios, pero muy activos, que denuncian a Israel y apoyan las reivindicaciones de Hamás, como informa el corresponsal de ABC en París, Juan Pedro Quiñonero. Sciences Po. ya fue ocupada la semana pasada, y, además, el movimiento de apoyo de Palestina, «de Cisjordania hasta el mar», se ha propagado, desde la Universidad de la Sorbona, a muchas otras universidades francesas de provincias, como Lille y Saint-Étienne.

Tras el inicio de la contestación en Sciences Po., el Gobierno de Emmanuel Macron tomó medidas policiales muy expeditivas. El intento de ocupación de la Sorbona, la semana pasada, fue rápidamente neutralizado con mucha energía: las tiendas que se habían instalado en el patio interior de la universidad fueron desmanteladas en pocos minutos, y la manifestación, en la plaza de la Sorbona, estuvo férreamente controlada por un dispositivo excepcional de agentes antidisturbios.

En Alemania, que también experimentó una nutrida ola de movilizaciones estudiantiles durante los años 60, los campus tampoco han permanecido en calma. «¡De Dahlem a Gaza! Intifada hasta la victoria», se escuchó en febrero durante una protesta en la Universiad Libre de Berlín, a la que asistió un centenar de propalestinos y que no fue prohibida por la dirección de la institución, alegando que se celebraba frente a la cafetería, y no en una sala universitaria, como recuerda la corresponsal de ABC en Berlín, Rosalía Sánchez.

Un estudiante judío de esa misma universidad, Lahav Shapira, había sufrido días antes un brutal ataque en Brunnenstrasse, zona de vida nocturna de Berlín, a manos de un compañero árabe, también de 23 años. «Me preguntó si yo había colocado carteles pidiendo la liberación de rehenes israelíes de Hamás. Entonces, de repente, me dio un puñetazo en el costado, luego otra vez, y caí». Una vez en el suelo, recibió patadas en la cara y en el estómago.

El presidente del Consejo Central Judío de Berlín, Josef Schuster, ha pedido a las universidades alemanas que pongan fin a estas persecuciones, pero los centros han respondido que no hay denuncias. Una de las pocas estudiantes que se atreve a dar su nombre es Clara Nathusius, fundadora del movimiento 'Fridays for Israel', que acusa a los rectorados de «complicidad» y de «negar y minimizar el sufrimiento que causa el antisemitismo en lo campus». «Por temor a ser blanco de antisemitas radicales de izquierda, dejan que los estudiantes judíos asuman la lucha contra el antisemitismo por su cuenta y riesgo: cierran los ojos sin tomar posición y dejan que el odio se propague», explica. Se han denunciado agresiones en la Universidad de las Artes de Berlín, las de Renania del Norte-Westfalia -como Duisburgo o Essen- y también en la Universidad del Ruhr de Bochum.

Por otro lado, en el Reino Unido, los estudiantes que se manifiestan también se distinguen por su sensibilidad propalestina. Los jóvenes se están sumando a las movilizaciones en los campus universitarios de ciudades como Mánchester, Newcastle y Leeds, donde han establecido tiendas de campaña fuera de los edificios e incluso han ocupado algunas bibliotecas, informa la corresponsal de ABC en Londres, Ivannia Salazar. En este caso, como en otros mencionados, el efecto contagio ha sido decisivo: las protestas han surgido tras las detenciones en los campus universitarios de Estados Unidos.

Aunque la cifra de estudiantes que protestan en el Reino Unido es menor que en Estados Unidos, el número de universidades en las que hay protestas está creciendo. Por ello, un portavoz del primer ministro, Rishi Sunak, dijo que la Policía tendrá «todo nuestro apoyo» si los estudiantes en territorio británico intentan replicar las movilizaciones de las universidades estadounidenses. Sin embargo, Stella Swain, de la Campaña de Solidaridad con Palestina, subrayó que todas las protestas hasta ahora han sido completamente pacíficas, y expresó la esperanza de que ningún político, independientemente de sus opiniones sobre el tema, quiera ver a agentes del orden británicos responder a los manifestantes de la misma manera en que lo hacen sus colegas de EE.UU.

En ese sentido, la Unión de Estudiantes Judíos denunció que los campamentos propalestinos están creando un «ambiente hostil y tóxico» en los campus. Entre los lugares donde se están llevando a cabo protestas con tiendas de campaña figuran Leeds, Newcastle, Mánchester, Sheffield, Warwick, Swansea, Bristol y la Universidad de Londres.

También con intensidad, las manifestaciones se han sucedido en Italia, en protestas de tono marcado contra Israel y a favor de Palestina, como señala el corresponsal de ABC en Roma, Ángel Gómez Fuentes. En concreto, especialmente intensas fueron las peticiones en decenas de universidades para prohibir la colaboración con universidades e institutos de investigación israelíes.

Ahora, los estudiantes italianos y los jóvenes palestinos se solidarizan con sus colegas estadounidenses y se preparan para el 15 de mayo, día de la Nakba, nombre que hace referencia al éxodo forzado de 700.000 árabes palestinos de los territorios ocupados en 1948, durante la primera guerra árabe-israelí. Con motivo de este aniversario, los estudiantes universitarios están preparándose para montar tiendas de campaña en algunas universidades.

En las redes sociales, los jóvenes explican los motivos de la movilización: «No queremos que los lugares del saber sean cómplices de este genocidio y de la ocupación colonial de Palestina por el sionismo. Siguiendo el ejemplo de las universidades americanas, los estudiantes egipcios, franceses, alemanes, australianos, canadienses, jordanos, iraníes y de muchos otros países también se movilizaron para demostrar que, a pesar de la feroz represión, el movimiento estudiantil no se detendrá hasta conseguir lo que pide: el fin de la complicidad de los lugares del saber con el sionismo y del fin del sistema colonial que persiste en el mundo». También se suceden varias iniciativas en los centros universitarios de muchas ciudades.

Otros países del continente también se han sumado a las reivindicaciones. Aunque la extensión de las protestas propalestinas desde la Universidad de Columbia hacia Europa coincide en Grecia con la Pascua Ortodoxa y el cierre de los campus universitarios, el pasado martes un grupo de estudiantes de la Universidad de Patra, una de las más importantes, retiró del edificio del rectorado la bandera de la Unión Europea e izó, en su lugar, la de palestina. Jristos Buras, rector del centro, expresó su apoyo a través de redes sociales a la iniciativa estudiantil, cuenta la corresponsal de ABC en Atenas, Marta Cañete. «La universidad es un espacio para la libre circulación de ideas con absoluto respeto a las diferentes opiniones. Personalmente, estoy en contra de cualquier forma de violencia y a favor de la solución pacífica de las disputas. Creo que a través del diálogo debemos llegar a la creación de un Estado palestino».

Durante la multitudinaria manifestación del 1 de mayo, se desplegó una enorme bandera palestina frente al Parlamento de Grecia. Además, un grupo de estudiantes tiñó de rojo el agua de la fuente de la céntrica plaza de Syntagma para simbolizar la sangre del pueblo palestino. Se espera que el 13 de mayo, tras el regreso a las aulas, las universidades griegas participen activamente en las iniciativas propalestinas que están dando la vuelta al planeta.

A la espera del final del conflicto, la rabia de los estudiantes tiene por delante un largo recorrido. En España, por ejemplo, algunos jóvenes ya han acampado en la Universidad de Valencia.