El prorruso Fico pierde en Eslovaquia y los liberales de Tusk ganan en Polonia
En Hungría, Orbán gana, aunque con un 15% menos de lo que decían las encuestas
Alemania La CDU gana y la antieuropea AfD, segundo puesto
El primer ministro eslovaco, Robert Fico, vota en un hospital de Bratislava
La campaña electoral en los países europeos de la frontera occidental de Ucrania ha estado marcada inevitablemente por el ataque contra el presidente eslovaco Robert Fico, que recibió cuatro balazos a tres semanas de la votación y que acudió ayer a depositar su ... voto con visibles heridas y apoyado en una muleta. Aprovechó esta primera aparición personal tras el ataque para criticar que varios países occidentales, entre ellos EE.UU., hayan permitido que Ucrania use las armas suministradas por Occidente contra objetivos situados en suelo ruso. Si bien el atentado tuvo por momentos un efecto postivo para Fico en las encuestas, declaraciones como esta y el hecho de que, en la última semana, su partido haya retomado la confrontación como línea política, le han perjudicado finalmente. La ganadora en Eslovaquia fue ayer la formación progresista PS, liderada por el exvicepresidente de la Eurocámara Michal Simecka, con el 27,8 % y 6 escaños.
El partido gubernamental y prorruso Smer quedó en el 24,8% y 5 eurodiputados. También lograron representación en la Eurocámara el ultraderechista Republika, con el 12,5 % de los votos y 2 escaños, y el democristiano KDH y el gubernamental socialdemócrata La Voz (Hlas), con un escaño cada uno.
Magyar, el 'mesías' húgaro
En Hungría, el partido Fidesz-KDNP de Viktor Orbán obtuvo el 44% de los votos, el mejor resultado pero un 15% por debajo de lo que habían pronosticado las encuestas, debido al ascenso del partido Tisza, liderado por Peter Magyar, que se hizo con el 32%. Sus partidarios se reunieron espontáneamente en el Paseo Peter Pázmány para celebrar el resultado y para constatar el surgimiento de una figura política que procede del sistema de poder de Orbán pero que cuenta con potencial suficiente para tomar el relevo a medio plazo, mientras que en Polonia se consolida el Gobierno del liberal Donald Tusk, que anoche ganó por primera vez en diez años unas elecciones, aunque por una estrechísima ventaja. «Este es quizás uno de los momentos más importantes de nuestra historia, hemos demostrado que somos un faro de esperanza para Europa», dijo el primer ministro entre lágrimas; «me faltan palabras de agradecimiento a todos los que fueron hoy a votar, porque estas no son unas elecciones que atraigan a la mayor audiencia ni en Polonia ni en Europa, pero nuestros votantes se han movilizado y ellos son, al fin y al cabo, los que han ganado».
La Coalición Cívica de Tusk obtuvo el 38,2% de los votos y dejando atrás con el 33,9% a Ley y Justicia (PiS), cuando todavía no había terminado el recuento. Tusk se beneficia de la confianza que genera el hecho de que ha desempeñado personalmente cargos en Bruselas y goza allí de contactos mucho mejores que los del PiS. Su partido ha hecho una campaña europeísta, al tiempo que se ha volcado en la ayuda a Ucrania y el compromiso con la OTAN, pisando así parte del programa del PiS. Pero la diferencia entre los dos partidos sigue siendo estrecha, 21 y 19 escaños en el Parlamento Europeo, síntoma de la arraigada polarización.
La campaña electoral en Polonia, al igual que en toda la frontera con Ucrania, ha estado dominada por la inquietud ante posibles interferencias rusas, mediante la manipulación de las redes sociales y la difusión de propaganda e información falsa. Además se han producido sabotajes como el incendio del mayor centro comercial de Varsovia, supuestamente a manos de delincuentes contratados por Moscú, o el asesinato de un soldado polaco que patrullaba la frontera con Bielorrusia, a manos de un encapuchado desconocido.