Por vez primera, desde el estallido de la crisis de la «banlieue», los suburbios de Francia, grupúsculos de extrema derecha irrumpieron la noche del domingo al lunes en las calles de una gran ciudad, Lyon, para «defender la identidad nacional».
Lyon ( ... 530.000 habitantes), en la región de Auvergne-Rhône-Alpes, es la tercera ciudad más importante de Francia, después de París y Marsella. Sus suburbios han sido históricamente focos de tensiones de muy diversa índole, desde hace veinte años.
Al filo de la madrugada del domingo al lunes, grupúsculos de varios centenares de individuos se manifestaron en diversos barrios céntricos de Lyon gritando: «¡Azul, blanco, rojo, nuestra bandera nacional: Francia para los franceses!«.
A juicio de las jerarquías de las fuerzas del orden, esa primera manifestación de extrema derecha, comenzó a tomar un rumbo amenazante, cuando los manifestantes se dirigían hacia barrios más o menos multiculturales. Podían temerse enfrentamientos inflamables entre franceses de extrema derecha y franceses de nuevo cuño, multicultural, de familias africanas o magrebíes.
Ante tal «eventualidad», siguiendo órdenes del ministerio del Interior, en París, las fuerzas antidisturbios tomaron la decisión de disolver la marcha de extrema derecha con gases lacrimógenos.
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