El primer ministro griego desconocía las escuchas al socialista Nikos Androulakis

Los antecedentes son recientes: por un control del Parlamento Europeo el ahora líder socialista Nikos Androulakis, aun eurodiputado, había descubierto que había ocurrido un intento de invadir su móvil con el sistema Predator. Y después se descubrió que el Servicio Nacional de Inteligencia (conocido por sus iniciales griegas EYP) habían intervenido su teléfono varias semanas hasta que fue elegido nuevo líder del Movimiento para el Cambio, KINAL, que representa a los socialistas griegos. La oposición exigió luz y taquígrafos. Mitsotakis nada más conocerse la noticia despidió al director de los servicios secretos, Panayotis Kondoleon y aceptó la renuncia de su sobrino y mano derecha, Grigoris Dimitriadis, secretario general de Presidencia. El primer ministro afirmó que no había solicitado ni estaba informado de ninguna escucha y que las escuchas de los servicios griegos habían seguido la vía legal, es decir la solicitud había sido aprobada por el juez pertinente.

Este jueves los diputados pertenecientes al Comité de Instituciones y Transparencia se reunieron con sus móviles apagados o dejándolos fuera y han podido interrogar tanto a Kondoleon como a Dimitriadis, así como al actual director de los servicios secretos, el diplomático Themistoklis Demiris, y a los anteriores (a partir de 2012, es decir varios gobiernos anteriores), al fiscal de apelaciones encargado de estos temas y al Presidente de la Autoridad que garantiza la privacidad de las comunicaciones.

El comité se dividió en dos grupos. El primero interrogó a Kondoleon y a Dimitriadis, que invocaron la confidencialidad (protegida por ley en estos temas) y no dieron respuestas satisfactorias para muchos de los diputados miembros. Pero al parecer Kondoleon sí aclaró que ni Mitsotakis ni su oficina fueron informados de las decisiones sobre escuchas telefónicas y no quiso referirse a Androulakis. También se ha filtrado que Yannis Roumbatis, el director de EYP entre 2015-2019, es decir en época del Gobierno de Syriza, no hubo escuchas de figuras políticas. Reconoció sin embargo que indirectamente y a través de los teléfonos de otras personas espiadas por sospecha de participación en organización criminal se escuchó a dos altos cargos radicales (Sayas y Pitsorlias).

La actual fiscal de EYP, Vasiliki Vlachou, declaró, según las filtraciones, que existe un control importante sobre las solicitudes de vigilancia y escuchas y que en el caso de la escucha de Androulakis se siguió el protocolo: seis firmas de funcionarios justificándola y posteriormente una autorización del fiscal.

El tema de las escuchas provocó que el Parlamento adelantara su apertura la semana pasada con una sesión plenaria en la que Mitsotakis afirmó que nada más ser informado de la escucha de Androulaki no vaciló «en reconocer que fue un error», sin revelar la razón de la vigilancia por razones de seguridad nacional. Y el líder de la oposición Alexis Tsipras contestó que la escucha telefónica «no es un mero error político, sino un acto penal».

En este periodo preelectoral, los últimos sondeos (de politic.gr hace dos días) han mostrado que el 65% de los entrevistados considera importante el tema de las escuchas, pero aun así Nueva Democracia, el partido conservador en el poder, sigue obteniendo en intención de voto 32,1% frente al anterior 32,5% , seguido por Syriza con 23,9% (de 24,2%) y los socialistas 11,5% (del 12,3%). El 58% quiere elecciones el año próximo y el 38% anticipadas mientras que Mitsotakis es preferido como primer ministro por el 45% frente a Alexis Tsipras con el 25%.