El presidente de Rumanía se medirá a Mark Rutte para ser secretario general de la OTAN

El rumano basa su candidatura en el argumento de que «ha llegado el momento» de que los países de Europa del Este necesitan «una mayor representación dentro de las estructuras de liderazgo euroatlánticas«: »La OTAN necesita renovar la perspectiva sobre su misión. Europa del Este podría contribuir de manera valiosa a las conversaciones y decisiones de la OTAN. Con una representación equilibrada, fuerte e influyente de esta región, la Alianza podrá tomar las mejores decisiones para responder a todos las necesidades y preocupaciones de los estados miembros«, ha aseverado Iohannis.

Pero Iohannis aspira a un cargo para el cual muchos estados miembros apoyan a Rutte. Favorito de muchos, si bien es cierto que no tenía rivales en liza, el neerlandés había cogido carrerilla hacia la jefatura de la OTAN gracias, en parte, al respaldo público de países clave como Estados Unidos, Reino Unido, Francia o Alemania. «El presidente Biden apoya firmemente la candidatura del primer ministro neerlandés como próximo secretario de la OTAN», dijo a finales de noviembre un portavoz de la Casa Blanca en declaraciones a Reuters. Londres, por su parte, también anunció que «respalda firmemente» al jefe del Ejecutivo neerlandés saluiente como nuevo jefe del organismo: «Es muy respetado, garantizará que la alianza siga siendo fuerte y esté preparada para defender y disuadir».

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No obstante, llegar a la Secretaría General de la OTAN requiere del apoyo unánime de todos los estados socios -que actualmente son 32 con la adhesión de Suecia- y la candidatura de Rutte ya suscitaba dudas en algunos, sobre todo del flanco oriental tras no haber logrado que el gasto en Defensa de Países Bajos alcanzase el dos por ciento del PIB al que se comprometieron todos los aliados. Entre ellos, Rumanía. Estado miembro de la OTAN pero también de la Unión Europea, Bucarest incrementó su partida de gasto en Defensa hasta el 2,5 por ciento tras la invasión rusa de Ucrania. El país, que comparte frontera con Ucrania, alberga un sistema de defensa antimisiles balísticos estadounidense y un grupo de combate permanente de la Alianza Atlántica.

Un resquicio que bien podría ser aprovechado por Iohannis para ganar adeptos que le impulsen a la cima de la Alianza Atlántica en octubre, tras las elecciones europeas.