El presidente de Israel respalda a Netanyahu frente al desafío del sector ultra del Gobierno

Los dos máximos representantes ultras del Ejecutivo, los ministros Itamar Ben-Gvir (Seguridad Nacional) y Bezalel Smotrich (Finanzas), amenazaron el sábado con abandonar la coalición si Netanyahu acababa pactando con Hamás el final de la guerra en Gaza siguiendo los términos de la propuesta que explicó Biden, que no contempla abiertamente la derrota del movimiento islamista y apuesta por un alto el fuego sostenido.

El plan empezaría con una tregua que incluiría la retirada de las tropas israelíes de las zonas pobladas de Gaza durante seis semanas y la liberación de algunos rehenes en manos de Hamás a cambio de presos palestinos. El alto el fuego temporal podrá volverse «permanente» si Hamás «respeta sus compromisos», detalló Biden. La siguiente fase incluiría la liberación del resto de rehenes y la retirada completa del Ejército israelí de la Franja.

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«No hay deber más grande que el de conseguir el retorno de los rehenes», declaró Herzog durante una comparecencia en la Universidad Hebrea de Jerusalén. «Nuestra obligación es la de garantizar su retorno dentro de un acuerdo que preserve nuestros intereses de seguridad», añadió en declaraciones a 'Times of Israel' que recoge Europa Press.

Aunque Netanyahu ha matizado que la propuesta queda a expensas de la derrota política y militar de Hamás, sus aliados ultranacionalistas perciben que el acuerdo no marca esta cuestión como prioritaria. Fuentes de la Casa Blanca indicaron que Biden ha pedido a Netanyahu en privado que no ceda a esta clase de presiones y se centre en culminar el acuerdo.

También este sábado, el líder de la oposición israelí, Yair Lapid, ofreció al primer ministro un apoyo político en el caso de que Ben Gvir y Smotrich decidan abandonar la coalición. «Le recuerdo que en nosotros encontrará una red de seguridad si eso sucede», hizo saber en un mensaje publicado en su cuenta de la red social X.

Entretanto, el Ejército israelí anunció ayer el comienzo de una nueva operación en el centro de Rafah, en el sur de la franja de Gaza, concretamente en el campamento de desplazados de Yabna. Las FDI iniciaron el 6 de mayo el asalto a gran escala en la ciudad cercana a la frontera con Egipto pese a los avisos de la ONU y de las organizaciones humanitarias que trabajan sobre el terreno. Antes del asalto se agolpaban en Rafah 1,4 millones de personas, en su mayoría desplazados de otras zonas de la Franja.

En un comunicado, los militares indican que la primera fase de la operación se ha saldado con las muertes de «varios agentes terroristas» y la incautación de «muchas armas, incluidas ametralladoras antiaéreas».