El presidente de la BBC se disculpa por el «error de juicio» tras la edición engañosa de un discurso de Trump
El presidente de EE.UU. amenaza con una demanda por mil millones de dólares por los hechos que ya han llevado a la dimisión del director general y la directora ejecutiva de la cadena
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El director general y la directora de informativos de la BBC dimiten por presunta parcialidad
El presidente de la BBC, Samir Shah, reconoció que la cadena cometió un «error de juicio» al editar un discurso de Donald Trump para un documental del programa «Panorama», de modo que parecía incitar a sus seguidores a asaltar el Capitolio en 2021. ... Admitió que «la forma en que se editó el discurso dio la impresión de un llamamiento directo a la acción violenta» y pidió disculpas públicas en una carta al Comité de Cultura, Medios y Deporte del Parlamento británico.
Las declaraciones de Shah llegaron tras las dimisiones del director general de la BBC, Tim Davie, y de la directora de noticias, Deborah Turness. Ambos habían renunciado el 9 de noviembre tras la polémica por el montaje del documental. En la versión emitida, la cadena omitió el fragmento en el que Trump pedía a sus seguidores manifestarse «pacífica y patrióticamente», y combinó frases pronunciadas con casi una hora de diferencia, entre ellas «lucharemos como en el infierno», para construir un mensaje más agresivo.
El discurso original fue pronunciado el 6 de enero de 2021, antes del asalto al Capitolio en Washington, y el documental se emitió poco antes de las elecciones presidenciales de 2024, en las que Trump logró su regreso a la Casa Blanca. «Panorama», que se emite desde 1953, es el programa de investigación más veterano de la cadena y ha abordado temas políticos y sociales de alcance internacional.
En su carta, Shah afirmó que la corporación «lamenta profundamente lo ocurrido» y calificó el caso como un fallo editorial grave. Davie asumió la responsabilidad y afirmó que su renuncia era «una decisión personal». Turness explicó que su dimisión respondía a un «acto de transparencia» para rendir cuentas y defendió que no existe «sesgo institucional» dentro del servicio informativo de la BBC.
El escándalo se originó tras la publicación de un informe interno elaborado por el consultor Michael Prescott, contratado por la cadena para revisar sus estándares editoriales. El documento, revelado por el diario 'The Daily Telegraph', advertía de posibles sesgos en la cobertura de ciertos temas y señalaba deficiencias en la edición del discurso de Trump.
El informe también criticaba el tratamiento de cuestiones de identidad de género y acusaba al servicio árabe de la BBC de mostrar un sesgo antiisraelí. Tras su difusión, Shah anunció una revisión interna y el compromiso de aplicar «correcciones y medidas disciplinarias cuando sea necesario».
El expresidente Trump celebró las dimisiones en su red Truth Social, agradeciendo al Telegraph por «haber revelado el caso» y acusando a los periodistas de «corrupción». Además, Trump amenaza a la BBC con una demanda por 1.000 millones de dólares. Una fuente cercana al equipo legal del presidente estadounidense confirmó una información de Fox News según la cual Trump envió una carta a la cadena británica en la que le dio hasta el viernes para retractarse.
El portavoz del equipo legal de Trump acusó a la compañía británica, en un comunicado recogido por AFP, de haber «difamado» al mandatario estadounidense. «El presidente Trump continuará responsabilizando a aquellos que trafican con mentiras, engaños y noticias falsas», agregó el portavoz.
La ministra de Medios del Gobierno laborista, Lisa Nandy, agradeció a Davie su trabajo y defendió la necesidad de mantener «un servicio público de información fiable y de calidad». Por su parte, la líder conservadora Kemi Badenoch calificó a la BBC como una «institución con sesgo izquierdista estructural» y reclamó una «reforma urgente».
Fundada hace 103 años, la BBC se financia con una tasa anual de 174,50 libras —unos 198 euros— pagada por todos los hogares con televisión. Su carácter público la obliga a cumplir estrictos estándares de imparcialidad, una exigencia que este escándalo ha vuelto a poner en cuestión.