Portugal apunta a la polarización política y a una campaña electoral «agresiva»
Tras el abrupto final de la era Costa en el Gobierno portugués, debido a una investigación de la Fiscalía por corrupción, el país se encamina a elecciones parlamentarias anticipadas el 10 de marzo
António Costa, una vida dedicada a la política marcada por el consenso y el diálogo
António Costa
Tras el abrupto final de la era Costa en el gobierno portugués, debido a una investigación de la Fiscalía por corrupción, el país se encamina a elecciones parlamentarias anticipadas el 10 de marzo. Las piezas del ajedrez político se mueven y nuevos líderes se ... estrenan en las urnas.
Se avecina una campaña electoral «agresiva», según Daniel Adrião, ex candidato a la dirección del Partido Socialista (PS), por el secretismo que rodea a la 'Operación Influencer', que implicó a António Costa en una supuesta trama de tráfico de influencias con otros socialistas. Así, las acusaciones del PS contra la Fiscalía por errores en la investigación y las acusaciones de la derecha contra los sospechosos se fundirán en el debate electoral sobre el futuro de Portugal.
Con los 10 principales partidos compitiendo por 230 escaños en la Asamblea de la República y siendo poco probable una mayoría absoluta, se establecerán coaliciones de gobierno, y la política de alianzas ya está en marcha. «Lo que contará en la noche electoral es la representación de cada bloque, el de la derecha y el de la izquierda; esas serán las cuentas que se harán», contextualiza a ABC Daniel Adrião, dirigente socialista.
Sin diputados electos en las últimas elecciones legislativas, el primer partido en articular una coalición fue la derecha conservadora CDS-PP, que repitió la alianza de 2011 y 2015 con el PPD-PSD, el gran partido de centroderecha, reeditando la «alianza democrática» preelectoral del anterior Gobierno de Passos Coelho.
Aunque Iniciativa Liberal, el nuevo partido liberal, está fuera de esta coalición, los votos de sus electores se revelan cada vez más esenciales para la formación de un gobierno de derechas en Portugal. Porque hay un elefante en la sala, CHEGA, primo político de VOX, partido de derecha nacionalista radical, que en las últimas encuestas se sitúa en torno al 12%, pero los partidos de derecha tradicionales se niegan a negociar con ellos para alcanzar el poder. «No es posible descartar a CHEGA del bloque de derechas», afirma Adrião.
Centro político
Sin embargo, el actual líder del PPD-PSD, Luís Montenegro, ha rechazado vehementemente una posible coalición con CHEGA para formar un gobierno de derechas en Portugal con el fin de ganarse a los votantes del centro político. «Aunque el líder del PSD descarte la posibilidad de formar una coalición con CHEGA, existe la posibilidad de que el partido le sustituya en caso de que gane y no consiga formar gobierno; habrá muchas voces dentro del partido contestándolo», analiza Adrião.
El ex primer ministro socialdemócrata, Passos Coelho, ya ha afirmado públicamente que «Chega fue elegido democráticamente» y es «un partido igual que los demás presentes en la Asamblea de la República», verbalizando así en diversas interpelaciones públicas el ala socialdemócrata, que no descarta entendimientos con la extrema derecha para obtener el apoyo parlamentario necesario para formar gobierno. Adrião explica a ABC que «CHEGA no haría inviable un gobierno de coalición PPD-PSD, CDS e Iniciativa Liberal, a través del Parlamento».
El PS se reinventa en la izquierda, con Pedro Nuno Santos, el negociador de la solución política 'geringonça', asumiendo el liderazgo de los socialistas tras las elecciones directas. «Una victoria del PS en las elecciones legislativas solo significará algo si hay mayoría del bloque de izquierdas, o si es absoluta», explica Adrião. Sin embargo, los partidos de izquierda han sido los más penalizados en los últimos sondeos, ya que el Partido Comunista, el Bloque de Izquierda y Livre representan alrededor del 14% de las intenciones de voto de los portugueses.
El próximo gobierno surgirá del PS o del PSD, con la solución gubernamental dependiendo de los extremos. También existe la posibilidad de un bloque central encabezado por un gobierno en minoría, con la colaboración parlamentaria del principal partido de la oposición durante los primeros años, obligándolo a negociar los Presupuestos del Estado anualmente, pero Nuno Santos ya ha rechazado esa hipótesis.