La Policía detiene al sospechoso de atentar contra dos políticos demócratas en Minnesota

Boetler, de 57 años, acudió a los domicilios respectivos de ambos demócratas disfrazado de policía y allí les tiroteó, además de a sus parejas. La policía lo encontró en la casa de Hortman, en un suburbio de Mineápolis, y el sospechoso abrió fuego y logró escapar.

En el vehículo con el que llegó hasta ese último domicilio, los agentes encontraron un manifiesto con un listado de objetivos que incluía setenta personas, además de folletos con las convocatorias en la zona de las manifestaciones 'No King', protestas organizadas en todo EE.UU. en todo el país contra Donald Trump, lo que hace pensar a los investigadores que también pretendía realizar allí ataques.

La noticia fue confirmada en una rueda de prensa al filo de la medianoche por el gobernador de Minnesota, el demócrata Tim Walz, que celebró el final de un episodio que «ha alterado a nuestro estado». En la comparecencia, el director de la Oficina de Persecución Criminal de Minnesota, Drew Evans, aseguró que Boetler actuó solo, pero que «investigará completamente» si alguien le asistió en sus crímenes.

La detención de Boetler fue facilitada por un aviso en el que alguien sospechó verle cerca de Green Isle, en una zona boscosa. Allá se centró lo que las autoridades calificaron como la «mayor cacería humana de la historia de Minnesota», en la que participaron cientos de agentes y 20 equipos SWAT, unidades especializadas de intervención de la policía.

Tras localizar al sospechoso, lograron que se entregara sin ofrecer oposición, obligándole a reptar por el suelo hacia los agentes. En su detención, Boetler iba armado. Ahora se enfrentará a cuatro cargos estatales: dos por homicidio en segundo grado y otros dos por intento de homicidio en segundo grado. Está por ver si también recibe cargos de naturaleza federal*

Boetler es el director de patrullas de Praetorian Guard Security Services, una compañía de seguridad privada presidida por su mujer, según la web de la empresa. La compañía ofrece entre sus servicios «vehículos de tipo policial» y otro equipamiento que podría haberle ayudado a aparentar ser un agente.

El sospechoso es un devoto evangélico, que viajó a África, a la República Democrática del Congo, para dar sermones. En uno de ellos, fue crítico con la comunidad LGBTQ. «Hay gente, especialmente en EE.UU., que no sabe cuál es su sexo, no sabe cuál es su orientación sexual, están confundidos», dijo en un sermón allí. «El enemigo ha llegado muy lejos en su mente y en su alma».

Un amigo de la infancia, David Carlson, aseguró en una entrevista con 'The New York Times' que Boetler era un devoto cristiano que se oponía al aborto. Muchas de las personas que aparecían en la lista de setenta objetivos -incluidos los dos políticos a los que atacó- eran figuras demócratas con lazos con Planned Parenthood -la principal organización de EE.UU. que ofrece servicios de interrupción de embarazo- o entidades a favor del aborto.

Sin embargo, Boetler no dejó señales de oposición al aborto en redes sociales ni en sus propios sermones. «De toda la gente que yo conozco, él está entre los que no haría daño a una mosca», aseguró a la cadena CNN el pastor McNay Nkashama, que conocía al sospechoso por su trabajo de voluntariado en su iglesia evangélica.

Los registros públicos y sus perfiles en redes sociales muestran que Boetler tuvo desempeños variados a lo largo del tiempo: encargado de un 7-Eleven -una tienda de 24 horas-, encargado de una gasolinera o empleado de una compañía energética. Uno de los datos más sorprendentes es que coincidió con una de sus víctimas en una entidad consultiva pública, el Consejo de Desarrollo de Mano de Obra, para el que fue nombrado varias veces por varios gobernadores, incluido el actual, el demócrata Tim Walz. El organismo tiene 41 miembros y su objetivo es mejorar el desarrollo de negocios en el estado. Allí compartió espacio con Hoffman, que sobrevivió de milagro a sus disparos este sábado. No está claro si llegaron a tener una relación fruto de ese desempeño, pero coincidieron al menos una vez durante una reunión virtual en 2022.

Boetler no se identificó de forma oficial con ninguno de los dos grandes partidos, ni expuso grandes preferencias políticas en redes sociales. En 2018, pidió a sus seguidores que acudieran a las urnas, pero sin pedir el voto para un candidato o partido concreto. Pero Carlson aseguró que el sospechoso era propietario de armas y había votado por Trump el año pasado. Carlson estaba muy cerca de Boetler en los últimos meses: el sospechoso le había alquilado un cuarto en su casa. No debía pasar por su mejor momento: trabajaba en una funeraria para pagar las facturas y estaba en mala situación mental y financiera, aseguró su amigo.