El plan de Milei para la privatización de Aerolíneas Argentinas: entregarla a los empleados y una política de cielos abiertos

«Nuestra idea es entregársela a los empleados y que ellos mismos hagan la depuración y comiencen a competir en una política de cielos abiertos», señaló en una entrevista a Radio Rivadavia. En El Observador, otra emisora argentina, apuntó que la compañía cuenta con personal «muy calificado» y unidades de negocio rentables y que el problema radica en la contaminación política.

Y añadió: «Hay que dejársela (Aerolíneas Argentinas) a los empleados. En un contexto de aumento de la competencia, los propios empleados van a expulsar a los que se dedican a hacer política en lugar de trabajar».

Creada en 1949 por un decreto del presidente Juan Domingo Perón, mediante la unión de cuatro aerolíneas, la compañía se transformó en 1979 en Sociedad del Estado. Once años después, el consorcio español Iberia se hizo cargo de la empresa y, en 2001, la nueva gestión incrementó la participación de funcionarios españoles, lo que terminó con el traspaso de la aerolínea al Grupo Marsans. En 2009, fue nacionalizada y regresó a manos del Estado argentino.

Aunque no ha ofrecido más detalles sobre su plan para la línea de bandera y cuando todavía no se conoce quién estará al frente del Ministerio de Transportes, la intención del presidente es dársela a los empleados, apoyarlos con capital de trabajo durante un año y que salgan a competir, de acuerdo con el diario argentino 'La nación'. Sin embargo, fuentes del sector recalcan que La Libertad Avanza, el partido de Milei, «no tiene claro» si avanzar en este sentido.

Al preguntarle en la entrevista en Radio Mitre si su política aerocomercial iba a ser de cielos abiertos, el líder anarcocapitalista fue claro: «Que venga la línea aérea que quiera venir, esto es algo natural para un liberal».

Por su parte, el personal del sector no ha tardado en reaccionar. La Asociación de Personal Aeronáutico (APA) del país sudamericano, que representa a los trabajadores de la aviación comercial y civil de todo el país ha valorado como «descabellada» la propuesta del presidente. De acuerdo con el secretario general de este organismo, Edgardo Llano, supondría «lisa y llanamente» el certificado de defunción para Aerolíneas Argentinas, pues significaría retirar todos los aportes económicos que hace el Estado y sin los que la empresa «no puede funcionar».

«Los aeronáuticos no tenemos un buen futuro con este tipo de planes y estaremos alerta de lo que ocurra cuando Milei asuma el cargo», ha sostenido Llano en una entrevista radiofónica después de conocerse la noticia. Además, en términos de rutas, la propuesta «neoliberal» de 'cielos abiertos llevaría a cubrir solo aquellos viajes rentables, lo que, en su opinión, dejaría a «medio país» aislado al priorizar el negocio frente al servicio.

Después del anuncio del lunes, la propuesta ha quedado, de momento, «flotando en el aire, sin mayores precisiones», de acuerdo con el responsable de APA: «Sin embargo, resulta imposible y una amenaza para los trabajadores del sector».

La de Aeronlíneas Argentinas se encuadra dentro de un conjunto de privatizaciones que Milei quiere acometer en el país para solventar los problemas financieros que arrastra. «Todo lo que pueda estar en las manos del sector privado va a estar en las manos del sector privado», afirmó en una entrevista en Radio Mitre el día posterior a arrasar en el balotaje a su contricante, el peronista Sergio Massa.

Tras su elección, el presidente ha apuntado al cierre o la privatización de «todas las empresas públicas», una medida que podría incluso afectar a medios de comunicación estatales, al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo y al de Ciencia y Artes Audiovisuales. En este sentido, el economista anarcocapitalista ha asegurado que tanto la Televisión Pública como Radio Nacional y la agencia de noticias Télam «tienen que ser privatizadas».

No obstante, Milei no solo tiene los medios de comunicación en el punto de mira. También ha mencionado su intención de vender la petrolera YPF, controlada por el Estado argentino desde 2012. Creada en 1922 en Argentina, fue pública hasta 1999, cuando se vendió a la española Repsol.