El portavoz del Kremlin confirma que su hijo combatió con el grupo Wagner en Ucrania: «Cumplió su deber constitucional»

Para conseguir presentarse en la línea del frente, el joven Nikolái tuvo que recurrir a los favores de su padre, que facilitó su alistamiento en el grupo de paramilitares. «Apoyaron mi decisión», explicó Peskov hijo, en referencia a la reacción de su familia cuando les comunicó que había decidido ir a la guerra. «Me preguntaron si estaba seguro de que entendía dónde iba. Les respondí que sí y me dijeron que adelante», recordó. Con la intención de conservar el anonimato, cambió su apellido, utilizando uno falso durante los seis meses que duró su servicio. «Estoy tremendamente orgulloso de todos los que están allí ahora, de todos los muchachos que están haciendo un trabajo tremendo. Creo que todas las tareas pedidas se cumplirán», afirmó con orgullo.

Aunque la entrevista publicada en 'Komsomolskaya Pravda' contribuye a dar la imagen de un joven comprometido y responsable, dispuesto a compartir el destino de los ciudadanos de a pie que han tenido que tomar las armas y a demostrar que es un patriota, lo cierto es que cadenas como la CNN o la BBC no han podido comprobar si la historia de sus hazañas es o no cierta.

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Hasta ahora, lo único probado es que Nikolái ha conocido una vida llena de comodidades, donde los escándalos no han ocupado un lugar menor. Tras el comienzo de la guerra, su nombre salió por primera vez a la luz el pasado mes de septiembre, cuando el periodista Dimitri Nizovtsev, próximo al opositor ruso Alexéi Navalni, le llamó por teléfono para avisarle de que debía personarse en el centro de reclutamiento para ir a luchar a Ucrania. «Como es natural, no estaré allí a las diez de la mañana», respondió Peskov hijo a los requerimientos, creyendo que hablaba con un funcionario militar y no con un hombre dispuesto a sacarle los colores. «Tiene que comprender que soy el señor Peskov, no es muy apropiado para mí estar allí. Por decirlo brevemente, resolveré esto a otro nivel», le espetó sin más. «Si tengo que defender la madre patria, no hay problema, pero necesito comprender la viabilidad de mi marcha allí. Estoy hablando de matices políticos».

La broma telefónica, que quedó grabada, no pasó desapercibida. Supuso un golpe para el Kremlin, pues retrató los aparentes privilegios de los que disfrutaban los hijos de la misma élite que estaba impulsado una campaña invasora en un país independiente, una misión para la que estaba dispuesta a arrastrar al campo de batalla a miles de ciudadanos, como quedó claro después de las órdenes de reclutamiento emitidas por Putin. Consciente del daño que podía causar a su imagen, Peskov padre, tras darse a conocer el contenido de la llamada, se vio obligado a reconocer que la grabación era cierta, matizando que las palabras de su hijo «se habían sacado de contexto».

De una forma u otra, lo cierto es que el joven Nikolái ya se había metido en problemas en el pasado. Como recordaba el diario 'The Guardian', el chico nació en 1990, hijo del primer matrimonio de Peskov, y se mudó al Reino Unido con su madre, donde utilizó el apellido Choles, el de su padrastro. Según documentos judiciales, Nikolái fue acusado en 2010 de robar y herir a una persona, y, tal vez para enmendarle y evitar que continuaran sus devaneos por el mal camino, regresó a Rusia, donde comenzó a trabajar como periodista en la cadena de información RT.

«Sirvió en las filas de las Fuerzas Armadas. Cumplió su deber constitucional», dijo este lunes un satisfecho Peskov padre, reaccionando a las noticias sobre el desempeño de su hijo en el frente ucraniano. En apariencia también orgulloso, el líder del grupo Wagner, el controvertido magnate Yevgueni Prigozhin, afirmó que el joven Nikolái había demostrado «coraje y heroísmo, simplemente como todos los demás», y que, según lo exigido por su padre, no había recibido un trato de favor, sino el mismo que los demás hombres con los que compartía suerte, riesgos y penurias.

Sea cierta o falsa, esta historia contiene más elementos de interés. En primer lugar, aunque se trate de una campaña de propaganda o de algo que ha sucedido realmente, que el hijo de Peskov decidiera alistarse en el grupo Wagner no parece fruto del azar. Durante los últimos meses, sobre todo desde el asedio de Bajmut, los reproches y tensiones entre el Ejército regular ruso y los paramilitares de Prigozhin han protagonizado titulares y varios análisis que publica a diario la Inteligencia británica. La lucha de Nikolái en las filas de los paramilitares puede ser un modo de acercar posturas o de limar asperezas, pues las fricciones perjudican al Kremlin y parecen abrir una grieta por la que todo el edificio se puede venir abajo.