Kirchner, un político de raza
Kirchner tenía muchos defectos: autoritario, soberbio, rencoroso, alérgico a los medios... Pero también podía presumir de virtudes
Kirchner, un político de raza
Peronista de ADN, Antonio Cafiero definió ayer a Néstor Kirchner como un político fiel a sus convicciones. El veterano Cafiero no se equivocaba en su apreciación pero el ex presidente de Argentina, en rigor, era un auténtico animal político.
Kirchner tenía muchos defectos y todos ... eran conocidos: autoritario, soberbio, rencoroso, alérgico a los medios de comunicación y una larga lista que sus enemigos no ocultan ni cuando el hombre está de cuerpo presente. Pero el difunto ex secretario de Unasur (Unión Naciones Suramericanas) también podía presumir de virtudes.
La primera, la que mencionó Cafiero. Leal a sí mismo, Kirchner siempre fue Kirchner. No había dobles discursos ni verdades a medias. En mayo del 2003, días antes de su investidura, en entrevista con ABC no dudó en advertir a las empresas de capital español que sacaría la lupa y terminaría con la mayoría de sus demandas de actualizar las tarifas de los servicios públicos, congeladas en pesos devaluados tras el crack de Argentina en el 2001. Lo dijo y lo hizo.
Entre sus decisiones de Gobierno (2003-2007), el analista y periodista de Perfil, Darío Gallo, rescata dos: l a renovación de la Corte Suprema y la recuperación de la autoridad presidencial .
El escritor Ricardo Forster recordaba ayer: “Kirchner tomó el país en un momento oscurísimo” . Tampoco se equivocaba el intelectual. La Argentina de mediados de 2003 trataba de salir de la depresión económica, social y moral. Kirchner fue un soplo de aire fresco en ese momento. Logró recuperar la esperanza. También, con Roberto Lavagna, ministro de Economía heredado de la Administración de Duhalde, consiguió que el país volviera a crecer de forma sostenida. Lo que hizo después y la polarización que generó en el país es otro capítulo.
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