En ese sentido, el futuro de Sancho en estos momentos es incierto, según el Código Penal tailandés, el homicidio y el asesinato se consideran delitos de extrema gravedad y pueden ser castigados con la pena de muerte o una cadena perpetua. Sin embargo, el artículo 288 de esta normativa también contempla un castigo de entre 20 y 25 años de cárcel, el cual puede incrementarse si existiesen agravantes en el caso.
Maha Vajiralongkorn: su último recurso frente a una pena de muerte
Aunque las ejecuciones son poco frecuentes en Tailandia, la ley permite su aplicación, lo que hace que la posibilidad de que Daniel Sancho sea ejecutado es real. Su última opción frente a esta severa condena sería solicitar clemencia al Rey Maha Vajiralongkorn, quien es el único que tiene el poder de conmutar la pena.
Una situación que ya ocurrió con anterioridad, como en el caso de Artur Segarra en 2016, un español que fue condenado a muerte por el asesinato del empresario David Bernat en Bangkok, pero que logró que se le cambiara la sentencia por una cadena perpetua gracias a la clemencia real. Una decisión que abrió la posibilidad para el condenado de ser trasladado a España. No obstante, Segarra tenía que cumplir un mínimo de 8 años en una cárcel del país asiático para tratar de solicitar el traslado.
Un tiempo que puede parecer una eternidad para los reos condenados en Tailandia, ya que las condiciones en sus prisiones son muy diferentes a las de España. Ya que las cárceles tailandesas cuenta con un ambiente hostil, en el que la falta de espacio, de servicios médicos, higiene y nutrición, son el pan de cada día, al igual que ocurre con la violencia entre los presos.
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