¿Por qué los políticos hablan ahora tanto sobre deportaciones en masa?

En el reportorio de Trump, la segunda parte del muro es la deportación masiva de inmigrantes sin papeles. De hecho, el expresidente lleva desde 2015 hablando del tema. Sin que fuera causalidad que los delegados de la Convención Nacional Republicana celebrada el pasado julio en Milwaukee exhibieron carteles –impresos en un alarde de colores patrióticos y signos de exclamación– con la consigna 'Deportación masiva ahora'.

Trump presenta este proyecto para «hacer América fuerte otra vez» como algo que se puede lograr a fuerza de voluntad. Pero en la práctica, los obstáculos legales, logísticos y políticos son insalvables. El Migration Policy Institute calcula que 11,3 millones de inmigrantes no autorizados viven en Estados Unidos. Cuando se viene arriba, Trump llega a sugerir que le gustaría deshacerse de todos. Y su lugarteniente, J. D. Vance, ha indicado que deberían «empezar por un millón... y seguir a partir de ahí».

Incluso expulsar a un millón de inmigrantes en un año no es un objetivo fácil, empezando por la falta de efectivos policiales. Pero un reelecto Trump podría solucionar ese déficit invocando la Ley de Insurrección que permite al presidente emplear a las fuerzas armadas para misiones domésticas. Y ya de paso rematar la narrativa de que Estados Unidos se enfrenta a una invasión zombi de extranjeros indeseables.

Todo este troleo trumpista puede parecer descabellado, pero no es impopular. Más de la mitad de los votantes americanos, según recuerda 'The Economist', respalda la idea de «deportar a su país de origen a todos los inmigrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos», frente a un tercio en 2016.