¿Por qué es tan peligroso el desprecio a la OTAN compartido por Putin y Trump?

En este pulso para imponer la ley del más fuerte y repartirse el mundo en esferas de influencia se entiende la incursión más grave contra territorio de la OTAN perpetrada desde su fundación en 1949. Al violar deliberadamente el espacio aéreo de Polonia con veinte drones de guerra, Rusia ha puesto a prueba tanto el principio de seguridad colectiva consagrado en el Artículo 5 del tratado de la Alianza Atlántica como el compromiso de Estados Unidos con Europa.

El momento no puede ser más propicio para escalar la agresión rusa iniciada hace tres años y medio con la invasión de Ucrania. Trump, desde el primer minuto, ha venido despreciando a la OTAN. Se ha aprovechado de que muchos miembros no se hayan tomado en serio sus presupuestos militares. Como buen gánster, cree que la Alianza es como los Sopranos: se paga dinero a cambio de protección. Y aquellos que no contribuyan, se las verán con el hombre del saco del Kremlin.

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Rosalía Sánchez

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Con el lema oficioso de 5x5, la cumbre de junio en La Haya demostró que los aliados europeos –todos menos uno– están dispuesto a hacer el pino-puente de un ilusorio incremento del 5% en defensa a cambio de preservar la solidaridad del Artículo 5. Trump, al forzar una relación de vasallaje y humillación, ha demostrado su disposición a prescindir de la gran ventaja comparativa que siempre tuvo EE.UU. durante la Guerra Fría: sus aliados. Mientras Putin nos recuerda que el final de la guerra será como él quiera: sin una paz justa, sin garantías de seguridad y cobrándose el cheque blanco firmado por Washington con tanta alfombra roja, contradicciones, plazos incumplidos y amenazas sin concretar.