¿Por qué EE.UU. solamente tiene malas opciones ante la amenaza de Irán?

Esta espiral de asaltos no solamente demuestra la agresividad de los violentos 'palmeros' de Irán para expulsar a EE.UU. de la región y destruir a Israel. El conjunto de esta embestida coordinada, incluido el lanzamiento de un misil por parte de los rebeldes hutíes contra un barco de la U.S. Navy, demuestra hasta qué peligroso nivel Washington ha perdido su poder de disuasión. Es decir, la capacidad de evitar que un adversario realice acciones hostiles a través de la amenaza de infligir daños devastadores.

Después del letal ataque contra la estratégica base 'Torre 22' en Jordania, una decisiva respuesta militar parece inevitable. No es casualidad que la escalada en curso, que ya implica a una decena de países, se haya acelerado justo cuando se intenta negociar una pausa prolongada en la guerra entre Israel y Hamás a cambio de un acuerdo para la liberación de los rehenes. Sin embargo, cualquier confrontación directa entre EE.UU. e Irán acabaría con la esperanza -no compartida por todas las partes- de restablecer pronto la calma.

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Biden podría ordenar una ofensiva militar mucho más intensa contra las beligerantes milicias en Siria, Irak y Yemen. O podría ir directamente a la raíz del problema en Irán, atacando a los proveedores de tantos drones, misiles y terrorismo. Con el consiguiente riesgo de iniciar una guerra regional, acelerar el programa nuclear de Teherán, multiplicar el precio del petróleo y complicar todavía más la posición de Israel. A partir de ahora, la Casa Blanca puede verse obligada a hacer algunas de las cosas que ha intentado evitar.