Pedro Nuno Santos, el polémico nuevo secretario general del Partido Socialista de Portugal

Portugal se quedó estupefacto durante la crisis de la deuda soberana en 2011, cuando un 'Joven Turco' del PS, por entonces diputado en el Parlamento portugués, dijo durante una cena de Navidad: «Me importa un bledo el banco alemán que prestó dinero a Portugal en estas condiciones, tenemos una bomba atómica para utilizar en la cara de los alemanes y los franceses, que es simplemente no pagar. O juegan limpio o no pagamos». Ese momento se convirtió en la plataforma de lanzamiento mediático de Pedro Nuno Santos.

El actual líder del PS comenzó su actividad política a los 14 años, alcanzando su primer cargo político a los 18 como presidente de la Junta Parroquial de São João da Madeira. Estudió Económicas y, tras terminar la licenciatura, entró a trabajar en el millonario grupo empresarial de su familia, el Grupo Tecmacal, S.A., que presta servicios y vende equipamientos industriales en São João da Madeira.

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Desde 2004, cuando era presidente de las Juventudes Socialistas, Pedro Nuno Santos ha abogado por el entendimiento entre el PS y los partidos de izquierda. Acabó siendo concejal por el PS en el Ayuntamiento de São João da Madeira. Se convirtió en diputado del Parlamento portugués en 2005, al ser elegido por el distrito en el que nació.

Después de eso, Pedro Nuno Santos no paró y pasó a presidir la Federación de Aveiro por el PS entre 2010 y 2018. Incluso fue vicepresidente del grupo parlamentario del partido hasta 2015, cuando António Costa le invitó a ser secretario de Estado de Asuntos Parlamentarios, con la misión de liderar las negociaciones entre el Gobierno parlamentario en minoría y los partidos de la 'geringonça', término con el que se conoce el pacto de izquierdas de 2015, integrado por el Partido Comunista Portugués y el Bloque de Izquierda.

En 2018, antes de asumir el cargo de ministro de Infraestructuras y Habitación, vendió su coche personal, un Porshe 911, porque «era una mal señal, incoherente con esta forma de estar en política», dijo en una entrevista a 'Observador'. Su dimisión, en diciembre de 2022, fue provocada por los escándalos mediáticos en la aerolínea pública TAP, en particular por una indemnización de 500.000 euros concedida a la exsecretaria de Estado del Tesoro, Alexandra Reis, que mientras tanto había sido contratada como gestora en la empresa pública.

En junio de 2022, estuvo a punto de ser despedido tras seguir adelante con la construcción del nuevo aeropuerto de Lisboa sin la aprobación del primer ministro. Tras el episodio, se disculpó aludiendo a «errores de comunicación» con el Gobierno y a «fallos de enlace». «Con errores y cicatrices», como dijo en su candidatura a secretario general del PS, es ahora un aspirante a primer ministro de Portugal.