El patriarca latino de Jerusalén se ofrece para intercambiarse por los niños israelíes que Hamás tiene como rehenes

«Debe quedar claro que no nutro ninguna comprensión hacia lo que ha hecho Hamás, pero el Patriarcado Latino de Jerusalén se ofrece como mediador para ver si se pueden salvar a los rehenes. Aclaro en cualquier caso que no tenemos ningún canal de comunicación abierto con Hamás», explica desde Israel, durante una rueda de prensa por videoconferencia con vaticanistas. No nutre grandes esperanzas, pues en la región se respira «profundo odio y es muy difícil encontrar espacio para una discusión, no digo serena, sino razonable o con una base razonable».

Pizzaballa asegura que está «disponible para todo lo que pueda ser útil», también eventualmente para «intercambiarme por niños rehenes de Hamás». «No sé qué puede convencer a Hamás. No sé qué tienen en la cabeza y en el corazón. Quizá esta crisis les puede convencer de que deben detenerse», añade durante la conversación.

El cardenal ha explicado que en este momento en Gaza hay aproximadamente mil cristianos. «Quinientos están refugiados en la parroquia latina, otros cuatrocientos en la ortodoxa, y unos trescientos en la sede de YMCA (organización protestante)», asegura. Dice que «se encuentran bien físicamente, pero agotados. Aunque las casas de la mayoría están destruidas, no hay víctimas mortales. Estamos intentando hacerles llegar bienes de primera necesidad, como víveres, agua y gasóleo para los generadores eléctricos».

Según el cardenal, los líderes de las Iglesias cristianas no les han dado indicaciones sobre si deben quedarse en la zona norte de Gaza o desplazarse al sur. «Les hemos dicho que decidan con plena libertad si quedarse o abandonar la zona. Han decidido quedarse allí, pues dicen que es más seguro, y que en otros lados la situación es peor», añade. Asegura que han tomado esta decisión pues «el desplazamiento es muy peligroso. Además, no sabrían dónde ir y hasta ahora la frontera con Egipto estaba cerrada».

Por otro lado, este domingo Eli Cohen, ministro de exteriores de Israel, se puso en contacto con su homólogo vaticano, el secretario de relaciones exteriores, Paul Richard Gallagher, para solicitar que el Vaticano «clara e inequívocamente condene el terrorismo asesino contra ciudadanos de Israel».

Uno de los motivos de protesta es el comunicado emitido el sábado por los 'Patriarcas y líderes de las Iglesias de Jerusalén', entre quienes está Pierbattista Pizzaballa. «Es inconcebible que se emita un comunicado que expresa preocupación especialmente por los residentes de Gaza, mientras Israel está enterrando a 1.300 ciudadanos asesinados y gran parte de su población vive bajo continuos ataques con misiles y cohetes», asegura Cohen.

Dice además que «no pueden hacerse comparaciones infundadas», pues «Hamás es una organización terrorista peor que ISIS, que se infiltró en Israel con la intención de dañar a civiles inocentes, mientras que Israel es una democracia que intenta proteger a sus ciudadanos de Hamás».

Solicita que «la Santa Sede emita una condena inequívoca y clara de los actos terroristas asesinos perpetrados por terroristas de Hamás que causaron graves daños a niños, mujeres y ancianos por el mero hecho de ser judíos e israelíes», y añade que «Israel está librando una guerra que le fue impuesta y seguirá luchando contra Hamás hasta que deje de representar una amenaza para los ciudadanos de Israel». «Esto se hace en beneficio del mundo entero», concluye.

Cuestionado acerca de la protesta del ministro, Pizzaballa aseguró que «comparte la perplejidad» y comprende «los motivos de irritación del ministerio». «Pero no quiero añadir nada más por respeto a los demás patriarcas», asegura.

El cuestionado comunicado de los líderes cristianos de Tierra Santa se centraba en «el dramático nivel de muerte y destrucción en Gaza», solicitaba explícitamente a Israel «que permita el acceso de ayuda humanitaria a Gaza para que los miles de civiles inocentes puedan recibir tratamiento médico y suministros básicos»; y llamaba «a todas las partes» a «rebajar la intensidad de esta guerra para salvar vidas inocentes sin dejar de servir a la causa de la justicia».

Los patriarcas se encuentran en una situación muy delicada en esta crisis, pues la mayoría de los cristianos son palestinos y viven en Cisjordania y Gaza.

Raphael Schutz, embajador de Israel ante la Santa Sede, intervino en la polémica a través de su cuenta personal con unas palabras de Martin Luther King: «Al final, recordaremos, no las palabras de nuestros enemigos sino el silencio de nuestros amigos».

El Papa no ha mencionado explícitamente la palabra «Hamás», pero sí ha solicitado ya en dos ocasiones «que los rehenes sean liberados inmediatamente». Además, ha reconocido que «quienes son atacados tienen derecho a defenderse», en referencia a Israel. Y ha pedido a Tel Aviv que respete el derecho humanitario en Gaza, «donde también ha habido muchas víctimas inocentes».

El cardenal Pietro Parolin visitó este viernes la sede de la embajada israelí para «llevar la solidaridad y cercanía espiritual por el trágico atentado del sábado 7 de octubre, y expresar la preocupación por los civiles de Israel y Palestina, sobre todo los de Gaza». El secretario de Estado del Vaticano ofreció públicamente el viernes la mediación de la Santa Sede. En declaraciones a la agencia alemana 'KNA', el embajador israelí respondió que «por desgracia no es el momento de negociar. Tenemos en primer lugar que combatir y ganar esta guerra».