El Partido Conservador de Colombia rompe con el Gobierno de Petro

La separación de sus aliados se produjo a los nueve meses de haber asumido la Presidencia justo la semana pasada cuando inauguraba la Cumbre sobre la crisis de Venezuela y el parlamento aprobaba por un solo voto la reforma sanitaria, que los partidos tradicionales rechazaban.

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El mandatario dio el martes un discurso con motivo del Día del Trabajador en el balcón de la Casa de Nariño, sede del Gobierno, que decepcionó a la mayoría de los colombianos y los hundió en la tristeza.

«Y decimos tristeza porque un país como Colombia, que ha hecho tantos esfuerzos para estar unido, ahora se ve frente a la dolorosa realidad de que el propio presidente de la República lo intenta dividir: desde el balcón de la casa presidencial invita a atizar las diferencias y convoca a la confrontación», dice el editorial del portal 'El Colombiano'.

Su discurso en el balcón duró 71 minutos, cronometrados, ni uno más ni uno menos. La expresión la utilizó él mismo en su discurso: «Creyeron que Petro acorralado bajaría la bandera de la gran transformación», dijo con su característica bronca.

«Y Petro está herido porque en los primeros nueve meses de su gobierno ha tenido más fiascos que triunfos. Le apostó a una coalición de Gobierno, que pintaba con ser aplanadora en el Congreso y se le varó cuando apenas iba a comenzar lo clave», añade el editorial.

En apenas ocho meses echó a la mitad de los ministros, dejando un sabor de improvisación y de falta de claridad en el Gobierno. Y las reformas –con excepción de la tributaria– no han prosperado en el Congreso. Ni tampoco en la opinión pública. Sobre la reforma más polémica, la de la salud, el 80 por ciento de los encuestados no aprueba acabar con las EPS, concluye 'El Colombiano'.

Petro se ha quitado la careta de moderado de centro izquierda y ahora se ha unido a sus amigos de su época como alcalde de Bogotá para lograr su objetivo principal, que es la instauración de un régimen autócrata radical gobernado por decreto a espaldas de la oposición que lo acompañó hasta ahora.

El mandatario colombiano parece seguir los pasos iniciales de Hugo Chávez para imponerse como la de convocar la confrontación, polarizar y dividir a la sociedad entre la burguesía y la gran masa de pobres y campesinos, rechazar a los empresarios, fomentar las expropiaciones y el resentimiento social, que tantos triunfos, apoyados en la bonanza petrolera, le dio al chavismo en estos 24 años.

Petro está preso en su propia narrativa. Al volver a su vieja narrativa desgastada «que más que ayudarle parece que lo tiene atrapado en el pasado. Un discurso que a esta altura de la historia, tal vez ya no cale como antes», dicen los analistas.